El presidente de Rusia, Dimitri Medvedev, decretó ayer el estado de emergencia en siete regiones del país debido a los incendios forestales que ya han dejado 40 muertos, cientos de heridos, miles de hogares destruidos y pueblos enteros reducidos a cenizas, lo que representa la catástrofe natural más grave del país en las últimas décadas.
"Se decretó el estado de emergencia para garantizar la seguridad antiincendios en las repúblicas de Mari El y Mordovia y en las regiones de Vladimir, Voronesh, Moscú, Nishni-Novgorod y Riazan", precisó el decreto presidencial.
El texto permite limitar el acceso a las zonas donde la actividad humana podría provocar nuevos incendios y amplía la posibilidad de recurrir a las fuerzas armadas para luchar contra el fuego.
"Recuerden que cada fósforo arrojado puede provocar un mal irreparable", dijo Medvedev en un mensaje difundido a todo el país, en el que habló de una "enorme tragedia" y prometió construir nuevas casas "antes de la llegada del frío" para las 2000 personas que perdieron sus hogares.
Con el fin de sofocar los incendios que amenazan a varios pueblos, Medvedev también ordenó el envío de más soldados a los bosques afectados, donde ya se encuentran desplegados unos 2000 militares y 240.000 rescatistas.
El primer ministro, Vladimir Putin, ordenó a las autoridades que protegieran los depósitos de armas, plantas energéticas y otras instalaciones vitales. "Lo último que necesitamos es que los depósitos de armas se vean afectados [por el fuego]", declaró Putin, en una reunión con funcionarios de emergencia y gobernadores de las regiones damnificadas.
Desde hace más de un mes, el oeste de Rusia padece una ola de calor sin precedente, con temperaturas de 40 grados y una sequía que ha afectado cultivos y ganado, con cuantiosas pérdidas.
Humo en Moscú
A raíz del fuego en la región que rodea a la capital rusa, Moscú amaneció ayer cubierta por un manto de humo espeso, que dificultó durante la mañana la visibilidad y la respiración de sus diez millones de habitantes, muchos de los cuales optaron por llevar máscaras en el rostro.
Varios moscovitas, además, se quejaron ante los medios del intenso olor a quemado.
Los meteorólogos locales, en tanto, advirtieron que las altas temperaturas continuarán durante el resto de la semana y que incluso podrían superar los 40 grados.
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