Venezuela intensifica hoy acciones para preservar el río Caura, una de las zonas de mayor biodiversidad en el país, junto a otros escenarios naturales de prominencia dañados durante años por la minería ilegal.
El ministro para el ambiente, Alejandro Hitcher, aseguró que el programa para detener la extracción ilícita de oro, diamante y coltán avanza satisfactoriamente luego del desplazamiento de más de diez mil personas dedicadas a esas labores y el desmantelamiento de unos 300 campamentos clandestinos en la margen derecha del río Orinoco.
Conocido como Plan Caura, el proyecto prevé no sólo la paralización de esas faenas sino la reubicación de los mineros en otras tareas, así como el rescate de los parajes devastados por la tala indiscriminada y otras acciones de depredación.
En declaraciones a la prensa Hitcher reiteró la decisión del Estado venezolano de no permitir la minería ilegal en ningún estado del país por sus nocivos efectos para la economía y el entorno.
El plan incluye el saneamiento de todas las cuencas ubicadas en la zona sur (Amazonas, Bolívar y Delta Amacuro), algunas de ellas contaminadas por el uso de mercurio para separar el oro de otros metales, así como un proyecto de reforestación. Las labores de recuperación son ejecutadas con la colaboración de las comunidades indígenas, precisó.
Detener procesos de desertificación en espacios donde hubo una pérdida significativa de la floresta resulta prioridad.
Se trata de una política integral para proteger la naturaleza, que en algunos puntos pudiera tardar más de un siglo en recobrarse de los perjuicios, insistió.
El Caura es el tercer río más grande de Venezuela y el segundo tributario del Orinoco.
Sus bosques clasifican entre los de mayor virginidad en América por tratarse de selvas prístinas, aseveró.
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