Los ríos desbordados que han devastado el noroeste montañoso de Paquistán avanzaron ayer tierra adentro y sumergieron a decenas de pueblos enteros a su paso, lo que agravó aún más la situación en la zona, afectada por las peores inundaciones en décadas.
Las autoridades anunciaron que la cifra de muertos se elevó a 1500 y que hay 100.000 personas en riesgo de contraer enfermedades.
"Sólo atinamos a salir corriendo con nuestros hijos. Todas nuestras cosas se hundieron bajo el agua. No nos quedó nada´´, dijo Fateh Mohammad, un agricultor de la provincia de Punjab, que fue sorprendido por el agua.
Mientras los equipos de rescate y los militares trabajaban contra reloj para poner a salvo a la mayor cantidad de gente posible, las autoridades locales advirtieron que la catástrofe, que comenzó hace casi una semana, podría empeorar aún más, ya que se prevén más lluvias monzónicas para los próximos días en las provincias de Khyber Paktunkwa y Punjab, las más afectadas hasta ahora.
"El gobierno de Paquistán está haciendo todo lo posible para ayudar a los damnificados, pero esperamos otra tanda de lluvias. La prioridad es evacuar a la gente", explicó ayer el viceministro de Información, Samsam Alí Bokhari, tras admitir que muchos lugareños se resisten a abandonar sus hogares, pertenencias o cultivos.
"Unas 50.000 casas han sido dañadas o destruidas, y decenas de miles de personas están viviendo en la calle. Pero muchas de las zonas afectadas por las lluvias todavía son inaccesibles por carretera, ya que más de 100 puentes han quedado completamente destruidos", explicó, por su parte, el vocero de la autoridad provincial de gestión de desastres, Latifur Rehman.
En medio de un paisaje de muerte y destrucción, las agencias humanitarias trataban ayer de asistir a la población, con una agenda que tiene como objetivos prioritarios la provisión de servicios médicos para evitar la propagación de enfermedades, y el suministro de agua potable y comida.
La Organización Mundial de la Salud (OMS), de hecho, advirtió ayer sobre un posible brote de cólera en las zonas afectadas. "Aún no hay casos confirmados -aclaró una vocera en Ginebra-, pero la dimensión de los contagios de diarrea en las zonas inundadas es suficientemente grave."
También Unicef expresó su temor a un brote de epidemias. "La devastación es masiva. Alrededor de tres millones de personas, entre ellos 1,4 millones de chicos, necesitan urgentemente comida, agua potable y medicinas", dijo el representante del organismo en Paquistán, Martin Mogwanja.
Según el Programa Mundial de Alimentos de la ONU, además, casi dos millones de paquistaníes necesitarán asistencia alimenticia durante el próximo mes, debido a la pérdida de muchos cultivos.
Varios países, incluidos Estados Unidos, China y Japón, prometieron ayuda económica, que en su conjunto asciende a cerca de 70 millones de dólares.
Ayer, en tanto, las críticas por la ineficiencia gubernamental para mitigar las peores lluvias registradas en los últimos 80 años se intensificaron en momentos en que el presidente de Paquistán, Asif Alí Zardari, está de visita oficial en Europa. "Zardari tendría que visitar las zonas inundadas para mejorar la situación de los damnificados en lugar de andar recorriendo Francia y Gran Bretaña", opinó Sher Khan, de 40 años.
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