Luego de obtener luz verde del gobierno norteamericano, el gigante energético británico BP inició ayer la primera de las dos fases con las que espera sellar definitivamente el pozo dañado en el Golfo de México, que provocó el peor derrame accidental de petróleo en la historia mundial.
Antes de iniciar la operación Static Kill, que inyectará fluidos pesados, lodo y cemento en el pozo, BP aguardó las evaluaciones finales de la resistencia estructural del reservorio para evitar posibles e incontrolables fugas masivas en el lecho marino.
Los trabajos que puso en marcha ayer por la tarde la petrolera se realizarán en dos etapas. En la primera, toneladas de líquidos espesos y barro serán bombeados desde la campana que controla el derrame desde el 15 de julio para empujar el gas y el crudo de nuevo al pozo. Una vez alcanzado este objetivo, los ingenieros procederán a sellar el dispositivo con cemento.
Al principio de la operación, los ingenieros inyectarán a través de la cúpula sólo un barril de lodo por minuto y, en función de la respuesta en el pozo, aumentarán la cantidad hasta dos y tres barriles por minuto.Una vez que sean bombeados 300 barriles, los expertos podrán evaluar el éxito o fracaso de la maniobra.
El procedimiento tomaría entre 33 y 61 horas en ser completado.
En la segunda etapa se realizará un procedimiento similar en los dos pozos auxiliares que la compañía está construyendo. Mientras el vicepresidente ejecutivo de BP, Kent Wells, afirmó que podría no ser necesaria la inyección de barro y materiales en los ductos secundarios, las autoridades federales norteamericanas advirtieron que los pozos auxiliares pueden ser la única forma de asegurarse de que el petróleo no escape nuevamente del reservorio, que se encuentra a 4000 metros bajo la superficie marina.
En mayo pasado, la firma británica había intentado una maniobra similar que concluyó sin éxito debido a que la campana o cúpula utilizada no resistió la presión del crudo.
La explosión y el posterior hundimiento de la plataforma Deepwater Horizon, el 20 de abril pasado, provocaron el peor derrame de petróleo, no sólo en la historia norteamericana, sino del que se tenga registro.
La magnitud del desastre en el Golfo de México se hizo evidente anteayer, cuando científicos del gobierno norteamericano revelaron que casi cinco millones de barriles de petróleo escaparon al mar antes de que el pozo fuera provisionalmente tapado. Esto lo convierte en el mayor derrame accidental de petróleo del mundo, ya que supera la explosión en 1979 del pozo Ixtoc, en la Bahía de Campeche, México, que provocó el vertido de casi 3 millones de barriles de crudo.
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