Con reproches cruzados entre los opositores, fracasó ayer por falta de quórum la sesión que iba a celebrarse en la Cámara de Diputados para dar media sanción al proyecto de ley de protección de glaciares.
La sesión se levantó cuando faltaban sólo dos diputados para alcanzar los 129 necesarios para el quórum. La responsabilidad recae en la oposición porque, pese a tener mayoría en el cuerpo, varios legisladores de esas filas se ausentaron. El kirchnerismo ya había avisado de antemano que no apoyaría la iniciativa.
La líder de la Coalición Cívica, la diputada Elisa Carrió, y su par Miguel Bonasso (Diálogo por Buenos Aires), uno de los principales fogoneros de la iniciativa, criticaron con dureza a sus pares opositores. Fuentes cercanas a ambos diputados sospechan que hubo un acuerdo tácito entre el oficialismo y sectores de la oposición para que la sesión fracasara.
"La Coalición estaba con todos sus diputados y no puede ser que haya legisladores paseando por Europa y nosotros tratando de sesionar aquí", se quejó Carrió. Bonasso tampoco ahorró críticas: "Los señores de la oposición deben explicar por qué no estuvieron en la sesión. Cada vez que se trata un tema ambiental que implica temas económicos este fenómeno se reitera".
El proyecto de ley de protección de glaciares había comenzado a tratarse el 14 de julio, pero cuando se estaba discutiendo en particular cada artículo se decidió postergar la sesión por falta de quórum. La iniciativa establece presupuestos mínimos para la preservación de los glaciares y del ambiente periglacial.
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