La petrolera BP anunció ayer que la primera fase de la operación para sellar definitivamente la fuga de crudo en el Golfo de México, denominada Static Kill , resultó exitosa, lo que representó para la compañía británica un "hito significativo" en la lucha contra la mayor marea negra de la historia de Estados Unidos.
En un comunicado, la empresa BP (ex British Petroleum) calificó de "hito significativo" el hecho de que la presión del pozo estaba siendo controlada, aunque para confirmar el sellado definitivo el gigante energético deberá esperar a que se completen las siguientes fases de la operación.
Por su parte, el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, admitió sentirse "complacido" en tanto que "la batalla para detener la fuga y contener el crudo está finalmente llegando a su fin". Obama, no obstante, precisó que "los esfuerzos de recuperación continuarán", ya que todavía se debe "revertir el daño que se ha hecho".
En tanto, el almirante de la Guardia Costera Thad Allen, designado por el gobierno para supervisar las operaciones contra el derrame, también se mostró optimista tras el anuncio. "Hemos alcanzado una condición en el pozo que nos permite tener una gran confianza en que no habrá fuga de crudo", dijo.
Tras meses de infructuosos esfuerzos por sellar de forma permanente la fuga, BP logró cumplir con la primera fase del operativo. La maniobra, denominada Static Kill, consistió en bombear lodo pesado a través de una campana provisoria, con el fin de empujar el crudo y el gas de regreso al yacimiento.
Según explicó un vocero de BP, en un segundo paso, se bombeará también cemento en el conducto, tarea que será coordinada con autoridades gubernamentales estadounidenses. Además, en las próximas semanas, en una operación denominada Bottom Kill, BP pretende bombear barro pesado y cemento en el pozo mediante un acceso lateral que es perforado desde mayo.
Los científicos de la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA), en tanto, señalaron que tres cuartas partes del crudo derramado al mar logró ser eliminado; un 25%, evaporado naturalmente; un 33%, capturado, y un 16%, disperso en gotas microscópicas. El restante 26% ha quedado como residuo sobre y debajo de la superficie del mar.
Tras el hundimiento de la plataforma submarina Deepwater Horizon, el 20 de abril, se vertieron a las aguas del Golfo el equivalente a 4,9 millones de barriles de crudo, lo que significó el mayor desastre marítimo mundial vinculado al petróleo.
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