Sin quórum por un pelito y con ribetes de escándalo, fracasó ayer la sesión de la Cámara de Diputados en la que se iba a intentar sancionar la nueva ley de Glaciares.
A las 14.35, Agustín Rossi ingresó al recinto, 127 diputados llevaban media hora esperando.
Faltaban dos para que se pudiera dar inicio al debate y el jefe de la bancada oficialista pidió entonces que se levantara la sesión.
Elisa Carrió (Coalición Cívica) y Claudio Lozano (Proyecto Sur), se levantaron indignados y pidieron que se tomara lista. "No estamos en un ejército", respondió Rossi.
A las 14.45, Eduardo Fellner levantó la sesión sin que se pudieran votar los 18 artículos pendientes de la nueva ley que reemplazará a la vetada el años pasado por la Presidenta Cristina Kirchner.
Había pegado el faltazo el bloque oficialista en pleno. Pero también se ausentaron gran parte de los radicales, tres peronistas disidentes y dos diputados del PRO, entre otros.
El más furioso era Miguel Bonasso (Diálogo por Buenos Aires), autor de la iniciativa. Apenas salió del recinto se cruzó con la aliada del kirchnerismo Silvia Vázquez (Concertación), que a esa misma hora estaba dando en pleno salón de los pasos perdidos una conferencia de prensa junto a representantes de los pueblos originarios.
Bonasso le endilgó que no hubiese entrado a dar quórum, Vázquez le respondió, y todo casi termina a las trompadas con los acompañantes de la diputada.
"Si no tienen una causa justificada para ausentarse, tengo derecho a pensar que faltaron por el lobby de la Barrick, que recibieron algún Banelcazo o presiones de las provincias mineras", le dijo Bonasso a Clarín, después de acusar Rossi por haber tenido actitudes de "guapo de barrio" y de pedir la remoción de Fellner.
Carrió resaltó que los 19 diputados de su bloque estaban en sus bancas. Por eso prefirió cargar las tintas sobre los opositores ausentes. Habló de "negligencia, desidia e irresponsabilidad". Y subrayó que "nos pagan para trabajar. No puede ser que haya diputados en Europa y se nos caiga la sesión".
Fuentes del bloque del Frente para la Victoria apuntaron que la ausencia masiva de la tropa propia fue una "pase de facturas" por los últimos dictámenes contrarios a los deseos del oficialismo, como el de la reforma del INDEC. Y para dejar a la luz las fracturas internas de la oposición que le impiden juntar el quorum propio.
De cualquier modo, en el bloque oficialista asumían que la ley seguramente será aprobada en la sesión de la semana próxima.
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