Después del éxito de la primera fase de la operación denominada Static Kill, la petrolera británica BP culminó ayer la segunda etapa, que consistió en el bombeo de cemento sobre el pozo dañado en el Golfo de México para sellar definitivamente la fuga de crudo que provocó la mayor marea negra de la historia de Estados Unidos.
La inyección de cemento desde barcos al pozo averiado, que duró cinco horas, representó el segundo paso de la operación Static Kill , que busca sellar definitivamente el derrame en el Golfo de México. Según anunció BP (ex British Petroleum) en un comunicado, "la meta del procedimiento es colaborar con la estrategia de bloquear y aislar el pozo".
Por su parte, el almirante de la Guardia Costera Thad Allen, designado por la Casa Blanca para supervisar las tareas en la zona del desastre, señaló que si bien esto no significa el final, al menos "da la seguridad de que no se derramará más petróleo en el medio ambiente".
BP deberá ahora completar un acceso lateral que también se utilizará para bombear cemento, en una maniobra denominada Bottom Kill, que marcará el cierre definitivo de la fuga. El martes, BP había bombeado con éxito más de 300 toneladas de lodo pesado en el pozo.
Después del hundimiento de la plataforma Deepwater Horizon, el pasado 20 de abril, se vertieron a las aguas del Golfo el equivalente a 4,9 millones de barriles de crudo, lo que significó el mayor desastre marítimo mundial vinculado al petróleo. Según científicos estadounidenses, tres cuartas partes del derrame han sido eliminadas.
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