El canciller argentino Héctor Timerman salió al cruce de las declaraciones de asambleístas de Gualeguaychú al afirmar: "No puedo cerrar Botnia, un canciller no cierra fábricas". Relativizó así las manifestaciones de vecinos entrerrianos que tras el encuentro mantenido con él este miércoles habían asegurado que si se comprobaba la contaminación de la pastera, ésta sería clausurada.
"No puedo cerrar una fábrica yo, no tengo autoridad. Un canciller no cierra fábricas", indicó Timerman en un raid radial que hasta lo llevó a llamar -él mismo- a Radio Espectador de Uruguay. De todos modos fue cauteloso respecto de las posibles medidas en caso de comprobarse anormalidades en los controles acordados con Uruguay: "Hay que ver qué contamina, si contamina y qué medidas correctivas se deben tomar; no es blanco o negro", expresó. Además, indicó que se podrán agregar los científicos que puedan sugerir los mismos asambleístas y confirmó que el sistema de monitoreo podría comenzar en 30 días.
Ayer el canciller se recibió al senador uruguayo Rafael Michelini con quien conversó sobre el acuerdo de monitoreo conjunto en ambas márgenes del Río Uruguay firmado entre Cristina Kirchner y José Mujica.
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