Hartos de reclamar a la Municipalidad de Córdoba y al Gobierno provincial sin ser escuchados, y pese a los elevados impuestos que pagan, los vecinos de barrio La Carolina decidieron movilizarse por su cuenta para conseguir mejoras. Llevan años gestionando servicios esenciales.
No había agua potable y accedieron a ella tras pagar la red; no había gas natural y contrataron una empresa para ejecutar la obra; no existían carteles identificatorios de calles y los hicieron instalar. Además, se ocuparon de que Epec extendiera el tendido eléctrico para un mejor servicio.
No obstante, continúan reclamando por el pésimo estado de las calles, la falta de desagües, el alumbrado inexistente, la ausencia de una plaza para recreación social, la creciente inseguridad, la suciedad de algunos baldíos, el desborde del Canal Maestro Sur y otros problemas.
La escasez de alumbrado repercute sobre la seguridad del barrio. En los últimos cuatro meses, una de cada cuatro lámparas no funcionó y la oscuridad fue alarmante.
Hoy existen 38 focos de alumbrado que no andan. Meses atrás, eran 63. Por eso arrecian las críticas vecinales contra la “falta total de respuesta operativa” de Alumbrado Público municipal.
“La red de alumbrado actual es obsoleta y siempre está rota”, aseguró el presidente del centro vecinal, Guillermo Franke. Por eso los vecinos piden al municipio que reemplace esa red por otra nueva eficiente. “Eso generará ahorro de mantenimiento y satisfacción en el servicio”, opinó Franke.
Acerca de las calles, los vecinos exigen mantenimiento periódico, ya que “el arreglo sólo se hizo bien una vez en los últimos 10 años”, cuestionan. Salvo la San Cayetano (asfaltada con fondos del country Las Delicias), todas las demás calles son de tierra. Algunas están destruidas, con pozos y muchas piedras, por lo cual transitar es un suplicio.
Todo inundado. En verano, las calles se inundan ante cualquier lluvia. Una de las más problemáticas es San Nicolás de Bari, que tiene una pendiente importante y se convierte en un río, además de arrastrar arena y piedras. Los vecinos sufren anegamientos en sus terrenos y hasta en el interior de las viviendas. Algunos ya construyeron muros de protección para evitar el ingreso de agua.
Según los vecinos, la construcción de cordón cuneta y desagües sería ideal para que el agua desagote en el río. Comentaron que hay promesas de funcionarios municipales de que esta obra se concretaría en el futuro, y se aferran a esa ilusión.
En directa relación, el Canal Maestro Sur se desborda con frecuencia cuando llueve, problema facilitado por la gran cantidad de basura que se acumula en él. Varios vecinos sufrieron anegamientos de casas y lotes. La situación es crítica en la esquina de calles Güemes y La Carolina.
Otro pedido se relaciona con los baldíos. Como no son limpiados por sus propietarios, los vecinos exiges que el municipio obligue a cumplir con la higiene, bajo amenaza de multas.
“Los impuestos por el alumbrado, barrido y limpieza son caros, y así y todo el municipio nos tiene sumidos en un inconcebible abandono”, criticó Martín Altamirano.
También Carolina Aiassa, Carlos Costamagna y Marcela de Altamirano hicieron escuchar sus reclamos.
Sin espacios verdes. Otra necesidad imperiosa de los vecinos es la creación de una plaza en La Carolina, ya que hoy no existen espacios verdes de recreación social.
En materia catastral, sólo hay dos espacios pasibles de convertirse en plazas, pero uno está usurpado y el otro es de dominio público municipal.
La Carolina es un barrio abierto con más de 40 cuadras. Se trata de una “urbanización parque”, situada muy cerca de los countries de la zona oeste.
El barrio está controlado por guardias de seguridad. Pero los robos van en aumento. Eel centro vecinal prevé solicitar la radicación de una dependencia policial. |
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