El gobernador Gildo Insfrán presidió ayer en El Espinillo los actos centrales organizados con motivos de celebrarse el quincuagésimo octavo aniversario de la fundación del pueblo y que tuvieron un marco multitudinario y un clima festivo, destacándose los progresos alcanzados en los últimos años que le permiten a sus habitantes mejorar considerablemente su calidad de vida.
Sobre todo se puso de relieve la integración definitiva de la localidad al resto del país y la región a través de la ruta troncal número 86 "Docentes argentinos" y de la provincial número 3 en pleno proceso de pavimentación desde El Corralito, un emprendimiento que recobró un ritmo dinámico.
Además, las autoridades municipales agradecieron el aporte provincial para la construcción de un moderno hospital que está ejecutándose así como también los barrios de viviendas que han multiplicado el número de propietarios y la optimización de los servicios esenciales, reconociéndose como fundamental la línea en 132 KV que se construirá entre Clorinda y El Espinillo para responder a la demanda del comercio, la industria y la producción primaria lanzada a la etapa del agregado de valor.
El mandatario -quien fue declarado huésped de honor por el intendente Arcadio Vera- se encargó de pasar revista a los efectivos militares y de las fuerzas de seguridad que conformaron la Agrupación "6 de agosto" en compañía del jefe del Regimiento 29 de Infantería de Monte, temiente coronel Enrique Pando.
Ello ocurrió luego de izar la bandera en el mástil municipal donde se entonó el Himno Nacional Argentino mientras que el Himno Marcha a Formosa se cantó cuando Insfrán pasó a ocupar el lugar central en el escenario destinado a las autoridades.
Allí estuvo acompañado, entre otros, por el jefe comunal anfitrión; el vicepresidente de la Legislatura, diputado Juan Ignacio Calderón y el teniente coronel Pando.
También estuvieron allí ministros del poder Ejecutivo; concejales municipales, diputados provinciales y jefes de las fuerzas armadas, de seguridad y policiales que tomaron parte del desfile cívico-militar que fue seguido con entusiasmo por la multitud congregada en el lugar.
El orador central fue el ex ministro de Gobierno y de Educación y actual asesor del Poder Ejecutivo, profesor Rodolfo Reynaldo Benítez, quien fuese docente en la zona, quien tuvo palabras de encomio para la gesta de las familias pioneras que se encargaron de la organización de El Espinillo hace más de medio siglo.
Al igual que el intendente Vera reconoció que la fecha del 6 de agosto de 1952 fue tomada a partir de la necesidad de contar con un dato referencial ya que se carecen de datos que certifiquen el comienzo real de la vida comunitaria en la zona.
"Como tenemos una historia común- dijo- recordamos a los primeros asentamientos que seguramente datan de los primeros años del siglo XX, aproximadamente de 1902 o 1904", haciendo hincapié en el hecho de que la vecina Misión Tacaaglé fue fundada en los mismos albores de 1900 por los padres franciscano que caminaron "la senda del toba" para descender a orillas del riacho El Porteño desde esa conformación que sería con el paso de los años la actual ciudad de Clorinda.
Benítez mencionó el hecho que un ex gobernador del territorio nacional de Formosa, Luna Olmos, se encargó de recorrer ese trayecto fluvial para comprobar si verdaderamente se habitaban y colonizaban esas tierras, ese gran reparto de tierras que fue ocupando casi toda esa zona de Espinillo en unas 360.000 hectáreas y con extensiones que tenían hasta 80.000 hectáreas y donde los verdaderos ocupantes de la tierra eran intrusos para el gobierno central mientras que no se cumplían los planes de colonización que tenían a su cargo.
"Quizás eso -señaló el orador- motivó también la migración hacia esas tierras de las primeras familias de la zona de la Colonia Bouvier, a orillas del río Pilcomayo", aunque admitió que debe aceptarse que toda esta gran región de Formosa es esencialmente de raigambre guaranítica.
Sin embargo, ponderó el hecho de que muchos nombres aborígenes designan lugares de ese espacio territorial formoseño, citando el caso del Bacaldá mitológico, como lo definió el profesor Benítez, a partir de la creencia toba sobre el animal que habitaba las aguas del riacho.
Además, rescató el valor cultural que tiene el origen del pueblo, la toponimia y el paisaje de El Espinillo, atribuida a la mixtura del hombre con la naturaleza y el derecho de los hombres a tener su propia cosmovisión y concepción del mundo y de la vida."Y en eso, en estos años, los formoseños estamos entendiendo que juntos vamos desentrañando toda la valiosa heredad que se recibió de los antepasados ", señaló para reflexionar acerca de que en estas celebraciones de El Espinillo es valioso recordar y valorar el sentido de hospitalidad que siempre tuvo ese pueblo.
Para el caso mencionó que durante la década del 60 él mismo elegía muchos fines de semana como maestro de campo para llegar hasta ese lugar para encontrarse con sus colegas y muchas familias amigas para celebrar juntos el hogar acogedor de El Espinillo.
Evocaba un pueblo con trabajo pleno al que se accedía por un camino de tierra y un puente y enseguida nomás con la que fuese luego la escuela de frontera número 7 y ya en el centro la escuela 246, lejos del imponente edificio con que cuenta en la actualidad, convertido en un verdadero complejo educativo que concentra en sí la escuela de nivel medio numero 8, el centro educativo secundario nocturno, los jardines de infantes y toda una conformación actualizada y remozada, con edificios nuevos como el de la escuela 340.
"Desde los primeros momentos esta zona agrícola y ganadera ha valorado como todos los pueblos la necesidad del agua y hoy a 200 años de la Revolución de Mayo Formosa ha elegido al agua como el emblema de la libertad cuando todos los países del mundo encuentran en ese rico recurso el elemento vital que empieza a escasear en la naturaleza", expuso.
Esa fue la razón por la que el asesor del PEP trajo a cuento el hecho de que en Formosa se sancionaron leyes estratégicas como la número 1470 que permite preservar para los formoseños actuales y las generaciones que vienen todo un manejo sistémico del agua.
Recordó, además, que en septiembre de 1996 en General Belgrano, ante una multitud de más de 5.000 personas, ante los pequeños productores delineó un aspecto vertebral del proyecto formoseño focalizando en ese hombre que fue forjando la historia de estos pueblos.
"Eso nos invita a celebrar un presente de realizaciones y este aniversario de El Espinillo porque ha dejado de ser una fiesta lugareña para pasar a pertenecer a todos los formoseños porque estamos identificados en toda la geografía provincial en un proyecto común y compartido, provincial pero que se articula solidariamente con el de la Nación en este tiempo que nos toca vivir a los argentinos", resaltó.
El profesor Benítez también puso de relieve el alto valor que tiene para la zona nordeste del territorio las obras que se ejecutan en la cuenca del riacho El Porteño mencionando que en zonas como en Apayerey, Loro Cué y en el propio Espinillo se establecen compuertas como las de Paí Curuzú, un lugar de leyendas ricas en la historia cultural formoseña, que permite un avanzado proceso de reactivación que tiene incidencia significativa en la transformación productiva.
"Ese elemento vital que es el agua, la recuperación del Bacaldá, hace que nos sintamos identificados con un proyecto que rescata la historia y la movilización de todos los integrantes de la comunidad que están a la búsqueda de hitos fundamentales en la historia de la región y de la provincia", apuntó.
Benítez significó cuan valioso es reconocer que se ha partido desde el anclaje de la identidad para construir un proyecto que tiene razón de ser y que los sueños y aspiraciones de los primeros pobladores que llegaron a esas tierras soñando con un mañana mejor.
Fuente: Prensa - Gobierno de la Provincia de Formosa |
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