Los 3.000 habitantes de la isla de Chira, en el golfo de Nicoya, Puntarenas, carecen de suministro de agua potable desde hace tres días.
La suspensión se produjo debido a una fuga en la tubería submarina que conecta la fuente de agua, en San Pablo de Nandayure (Guanacaste), con los tanques de almacenamiento, situados en la isla.
Así lo confirmó ayer Esteban Montes, dirigente de la Asociación Administradora del Acueducto Sanitario (Asada), de la zona.
La reparación inició ayer dado que la detección de la fuga les llevó varios días a los funcionarios del acueducto.
Montes comentó que no hay certeza sobre cuánto tiempo pueden durar las obras. Debido a lo anterior, se solicitó ayuda al Instituto Costarricense de Acueductos y Alcantarillados (AyA).
Las Asadas son entes independientes del AyA. Pero el Instituto, como entidad rectora del agua, brinda capacitación y acompañamiento a los acueductos rurales.
Ayer, La Nación intentó consultar al AyA sobre qué tipo de apoyo brindará en este caso. Sin embargo, al cierre de esta información, 9 p. m., no se recibió la respuesta solicitada desde la mañana por medio de la oficina de prensa.
Riesgo. Ante la falta del suministro de agua, los habitantes de la isla de Chira, la más poblada del país y con 43 kilómetros cuadrados, se abastecen de pozos artesanales.
Esto implica un riesgo para su salud, pues el líquido no recibe el tratamiento adecuado.
Mientras, en el Colegio Académico de la isla de Chira, único en la comunidad, y en la Escuela Isla de Chira, no se imparten lecciones por falta del líquido. “Estamos muy necesitados, no sabemos cuándo se va a solucionar esto. Hay un riesgo para la gente”, dijo Montes.
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