A dos cuadras de la plaza de Ituzaingó, en un lote que estuvo vacío por décadas, construyeron un complejo de locales con un primer piso para oficinas. También hicieron las bases para levantar un edificio en cuanto la ley lo permita . Los vecinos del municipio, donde no hay edificios de más de tres pisos, temen convertirse en un nuevo Caballito, el barrio porteño donde los habitantes de casas bajas un día se vieron rodeados de torres . El mismo mie- do tienen en casi todos los partidos del conurbano, en muchos de los cuales ya avanzaron los edificios.
Algunos imponen vedas y límites a la construcción y debaten Códigos de Ordenamiento Urbano.
Un recurso al que está apelando el municipio de La Matanza, en Ramos Mejía, donde varias obras no cumplen el Código reformado en 2008, es la demolición. Están por tirar abajo dos pisos construidos de más en Corrientes 43 y seguirán con otros tres edificios.
Otra opción es la veda. En Almirante Brown suspendieron por seis meses la construcción de edi- ficios de más de 3 pisos mientras debaten un nuevo código. En 2009 el municipio aprobó planos para hacer 133.301 m2. Pero en Brown se resisten a perder los chalets y árboles frondosos de Adrogué o de Burzaco. "El progreso debe ir de la mano de la preservación de estos valores, que hacen que el vecino se sienta parte de un lugar", dice el intendente Darío Giustozzi.
Una medida similar tomó Esteban Echeverría: en Monte Grande está prohibido levantar edificios de más de 4 pisos hasta que haya un nuevo Código. "El actual permite hasta 8 pisos, cuando el 88% del partido no tiene cloacas y gran parte, tampoco agua corriente señala el intendente Fernando Gray.
Hasta que haya infraestructura, no se puede construir en altura".
El Plan Director de AySA incorporará a la red de agua a 1.500.000 habitantes y a la de cloacas, a 3.500.000. Ituzaingó es uno de los beneficiados y los vecinos saben que, en cuanto están las cloacas, el Concejo local debatirá un Código con zonas donde se podrá construir hacia arriba. Mientras, los inversores compran lotes.
En Lomas de Zamora, donde los vecinos de Banfield protestan por la cantidad de edificios, se formó una comisión especial. Hasta ahora, propusieron que los edificios tengan su propio reservorio de agua de lluvia, para ir drenándola de a poco, y que el 40% del lote sea permeable. "Los desagües pluviales tienen capacidad limitada.
Además, cada edificio deberá tener una cantidad de cocheras según sus habitantes. Falta definir dónde se podrá construir en altura, pero la idea es preservar los barrios residenciales", dice el secretario de Gobierno, José Antonio Romero.
Otro que limitó alturas fue Morón, con un modelo de anillos concéntricos. En los centros, cerca de las estaciones, se pueden hacer hasta 12 pisos. Alrededor hay un límite de 8 pisos, seguidos por otros donde el máximo son 5.
En los anillos periféricos, la altura máxima es de 12 metros. "Así preservamos barrios de casas bajas, pero también está la opción de centros con edificios, para parejas jóvenes o gente mayor que prefiere un departamento", dice Daniel Larrache, secretario de Planificación Estratégica. Además, hace dos años modificaron el Código, para que en Haedo sólo puedan hacer edificios altos en 14 manzanas.
El código de San Fernando entrará en vigencia cuando lo convalide la Provincia. Mientras, rige una ordenanza de transición.
"Pensamos en una densificación horizontal y no en altura", explica el subsecretario de Obras Públicas, Pablo Terzaghi. Los límites se establecen en función de varios factores. Uno es el FOT, es decir la cantidad de m2 que se pueden construir según la superficie del terreno. Otro es el FOS, que es el porcentaje de la superficie del lote donde se puede construir. Y otro son los habitantes por hectárea.
Vicente López también se rige por el FOT y la densidad de habitantes. Pero los vecinos protestan contra las excepciones que permiten nuevos edificios. Sobre todo en la costa, donde resisten la construcción de un camino vial y de torres. El secretario de Planeamiento, Carlos Guntín, relativiza: "El 80% del municipio es R1 y R2, zonificaciones que permiten una vivienda por lote, o dos con entrada independiente. Las zonas altas son los alrededores de las estaciones, Libertador, Maipú y Gutiérrez, en el centro de Olivos".
Los vecinos del conurbano enfrentan la misma encrucijada que los porteños: consensuar entre vecinos, desarrolladores y el Estado, medidas que regulen la construcción, combinando progreso con calidad de vida.
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