Deslaves aplastaron ayer un pueblo en el noroeste de China, causando la muerte de al menos 127 personas y dejando unos mil 300 residentes desaparecidos. Las precipitaciones del fin de semana provocaron la muerte de 132 personas en India y 15 en Europa.
Paquistán, donde la temporada de lluvias ha dejado mil 600 muertos, se encuentra al borde de una emergencia sanitaria, con miles de casos de diarrea o infecciones de la piel en el norte y cientos de pueblos anegados en el sur, tras agrietarse las presas Guddu y Sukkur, luego de superar el límite de su capacidad.
“La situación sanitaria es muy peligrosa. La mayoría de los afectados sigue sin recibir atención médica”, explicó ayer el subdirector de Salud de la Media Luna Roja en Paquistán, Irfan Ullah. Este y otros organismos han desplegado unidades médicas en varias de las zonas damnificadas por las peores inundaciones de los últimos 80 años, que han golpeado especialmente a la provincia noroccidental de Khyber-Pakhtunkhwa.
Según Ullah, de 15 mil pacientes tratados por sus equipos, la mayoría padecían diarrea, sarna u otro tipo de enfermedades de la piel. La ONU confirmó el viernes la existencia de al menos cinco mil casos de diarrea. Pero estas cifras son sólo la punta del iceberg en un paisaje desolador en el que las aguas han destruido viviendas, puentes y muchos centros médicos situados en los bancos de los ríos.
Hasta 600 mil personas están bloqueadas en el noroeste y prácticamente sólo son accesibles a través de helicópteros o barcos, según alertó en un comunicado la Oficina de las Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios. Las lluvias monzónicas que dejaron atrás este dramático escenario están haciendo subir ahora el caudal del río Indo, que ya está causando estragos en el sudeste de un país que tiene cerca del 15% de su territorio, 120 mil kilómetros cuadrados, anegado, según fuentes oficiales.
“Imploro a la gente que abandone las zonas” bajo amenaza, suplicó ayer el primer ministro paquistaní, Yusuf Razá Guilani, tras supervisar las tareas de asistencia a los damnificados en el distrito de Sukkur, en Sindh. Guilani, que admitió que la crisis “ha sobrepasado la capacidad” de las autoridades, calificó la catástrofe como “mayor que el terremoto de 2005” en la región norteña de Cachemira y pidió ayuda a la comunidad internacional.
Guilani pidió el apoyo de la comunidad internacional para la reconstrucción del país; Naciones Unidas (ONU) indicó que se requerirán miles de millones de dólares para superar esta catástrofe.
En la vecina India, al menos 132 personas han muerto y 400 han resultado heridas en los corrimientos de tierra provocados por las intensas lluvias del viernes en Leh, en la Cachemira india.
“Nunca algo tan malo como esto”
En China, los deslaves y la inundación golpearon al condado de Zhouqu en la Prefectura Autónoma Tibetana de Gannan en la provincia de Gansu, luego de lluvias torrenciales la noche del sábado. El exceso de agua se estancó detrás de un derrubio en el estrecho valle del río Bailong, que atraviesa el pueblo, y provocó la inundación y deslaves, destruyendo una pequeña estación hidroeléctrica y dejando al menos 127 muertos.
“Muchas casas de una sola planta fueron arrasadas y ahora estamos esperando para ver cuántas personas escaparon”, dijo un residente de Zhouqu, un comerciante llamado Han Jiangping.
“Hemos tenido deslaves antes, pero nunca algo tan malo como esto. La gente está intentando hallar a sus familias y espera más socorristas”, agregó.
La cifra de muertos en China podría aumentar bruscamente, por lo que el primer ministro Wen Jiabao se dirigía ayer a la zona, donde había mil 294 personas desaparecidas, según un reporte de Xinhua.
Por otro lado, equipos de rescate intentaban ayer desalojar a las víctimas y remover los escombros dejados por masivas inundaciones que afectaron el centro de Europa y dejaron al menos 15 muertos el fin de semana, tres en Polonia, cinco en la República Checa, tres en Alemania y cuatro en Lituania.
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