El ingeniero Victorio Mariot, uno de los profesionales que más investigó sobre el embalse y sus permanentes cambios, alertó que la aparición de cardúmenes enteros de peces sin vida o agonizantes puede ser apenas el principio de un verdadero desastre ambiental. “En septiembre y octubre, cuando los niveles de contaminación lleguen al máximo, las consecuencias pueden ser terribles”, expresó.
Haciendo valer su dilatada experiencia en el tema, el catedrático de la Universidad Nacional de Santiago del Estero y miembro del Gabinete de Asesores de la Gobernación, detalló: “La contaminación en el embalse empieza a aparecer un mes y medio después de que empieza la zafra de la caña de azúcar en Tucumán. Es decir, entre enero y marzo el agua en el lago está perfecta, recién la contaminación empieza a aparecer en mayo. Lo que pasa es que el agua contaminada demora entre 40 y 45 días en llegar al embalse y ahí empezamos a ver las consecuencias”.
“Septiembre y octubre van a ser terribles –pronosticó- y para colmo de males son los meses en los que se produce el desove del dorado, de la boga y del sábalo. En el peor momento de la contaminación los peces están desovando, vale decir que el daño puede ser tan grande que pueden llegar a matar generaciones enteras, como ya pasó, porque hubo años en los que no hubo alevinos, son los peces con semanas de vida que se mueren con mayor facilidad porque no pueden respirar”.
Las noticias sobre la reciente aparición de peces muertos en el lago de Río Hondo no le llamaron tanto la atención en un principio. “Es una cuestión estacional”, dijo, pero luego una alarma se encendió en su interior, cuando las imágenes publicadas por EL LIBERAL le mostraban miles de ejemplares flotando cerca del murallón y en las playas. Era mucho más de lo que suponía.
“A partir de mayo empieza a crecer la cantidad de peces muertos, hasta que se produce la máxima contaminación, en octubre, pero hasta entonces ya se terminó la zafra en Tucumán y recién empieza a mejorar la calidad del agua, pero el daño ya está hecho”, agregó.
Recordó que un estudio realizado por profesionales entre 1995 y 1997, para conocer la dinámica del embalse permitió ver cómo los derrames industriales de Tucumán fluctúan en el embalse.
Este seguimiento reveló que “en mayo se empieza a notar una pequeña superficie contaminada en la desembocadura del río Salí y en agosto puede avanzar a un 25% del lago, hasta octubre puede llegar a más de la mitad y más adelante puede alcanzar las tres cuartas partes del lago. La única zona que se salva de la contaminación es el paredón del dique y la margen derecha del embalse, en la zona de Los Cercos. El resto todo queda contaminado”.
Los peces mueren por exceso de fertilizantes
De acuerdo con estudios realizados en la zona periódicamente, “la contaminación normalmente se produce con desechos orgánicos, compuestos por cachaza, vinaza y exceso de nitrógeno y de fósforo”. “Es lo que en países desarrollados le llaman fertilizantes y cuesta mucha plata, pero nosotros a eso le llamamos contaminación y lo tiran a los ríos. Es una gran incongruencia de este país”, recriminó, Mariot.
“Esos fertilizantes –prosiguió- aumentan la producción de algas cianofíceas y éstas, cuando mueren, producen una sustancia parecida al gamexane y es el que contamina el agua porque le quita todo el oxígeno y causa la muerte de los peces. Los peces no mueren por contaminantes específicamente, sino mueren por asfixia”.
SILENCIO
Alperovich no habla del tema
Si bien el secretario de Medio Ambiente de la vecina provincia, Ing. Alfredo Montalbán, dijo que tenía “precisas instrucciones del gobernador para poner fin a los derrames industriales hacia la cuenca Salí-Dulce”, el primer mandatario de Tucumán, José Alperovich, prefiere guardar silencio sobre esta situación.
EL LIBERAL intentó ayer comunicarse con el gobernador, pero sus voceros del área de Prensa dijeron que “de ese tema no hablará”, y que todo debería remitirse a Medio Ambiente.
No obstante, la masiva mortandad de peces en el embalse fue noticia en todos los medios tucumanos, aunque en la única aparición pública que tuvo ayer el gobernador ningún periodista le formuló preguntas sobre la contaminación.
Sólo habló de sus aspiraciones para seguir en el cargo, de las libretas sociales, de los fondos de la soja y de las gestiones para conseguir créditos para darle valor agregado al azúcar”. |
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