Rusia sigue ardiendo, pero menos. Eso es lo que afirma el Ministerio de Situaciones de Emergencia, que ha informado hoy de que la superficie en llamas hoy en el país se ha reducido a la mitad con respecto a ayer. A ello ha contribuido una ligera mejoría de las condiciones meteorológicas: han bajado las temperaturas e incluso en Moscú han caído unas gotas de lluvia. Pese a todo, más de 92.000 hectáreas están ardiendo hoy.
"En el curso de las últimas 24 horas, el número de nuevos focos de fuego ha sido inferiro al de los que han sido extinguidos. A las seis de la mañana (cuatro de la madrugada en España), 612 focos están activos en una superficie de 92.700 hectáreas", ha informado el Ministerio a la agencia rusa Itar-Tass. Ayer, ardían a la misma hora 174.000 hectáreas.
Alrededor de 165.000 efectivos del ministerio siguen combatiendo las llamas con la ayuda de 550 especialistas de otros países. La peor ola de calor sufrida por Rusia en más de un siglo ha provocado cientos de incendios en las últimas dos semanas que ha calcinado cientos de miles de hectáreas de bosque, han arrasado poblaciones enteras y han costado la vida a 54 personas. Moscú lleva varios días bajo una densa nube de humo procedente de los incendios cercanos que, junto con las altas temperaturas, ha duplicado la tasa de mortalidad en la capital.
Sin embargo, las condiciones meteorológicas están dando hoy un ligero respiro a la población y al personal que lucha contra el fuego. Hoy ha llovido ligeramente en Moscú y una ligera brisa ha dispersado en parte el humo que sofocaba la ciudad, aunque la tregua meteorológica es mínima y las temperaturas siguen muy por encima de las habituales en la región.
Según los servicios meteorológicos rusos, la temperatura de hoy en Moscú será entre 3 y 5 grados inferior a los días precedentes, y así seguirá hasta el final de la semana. El director de los servicios meteorológicos, Roman Vilfand, no obstante, se muestra cauto: "Si tenemos en cuenta que la temperatura en la región de Moscú ha estado hasta ahora en 36-37 grados, seguirá haciendo calor. Incluso con una bajada de 3-5 grados, [el calor] seguirá siendo más propio del Sáhara o del Asia Central". También volverá el humo, según Vilfand, porque "los incendios no han desaparecido" y las lluvias que se esperan en los próximos días no ayudarán demasiado.
Incendios subterráneos
"Sólo lluvias masivas pueden apagar los incendios, sobre todo los de turba", que arden bajo la superficie en algunas zonas de la región de Moscú, similares a los que ardían el pasado otoño en las Tablas de Daimiel, en España. Son incendios subterráneos de materiales vegetales sedimentados durante miles de años que se convierten en carbón y que, fruto de la sequedad, se oxidan a toda velocidad, entrando en combustión.
Para luchar contra esos incendios subterráneos, el Ministerio de Situaciones de Emergencia ha anunciado que se ha desviado el curso del río Oka para que inunde las zonas humeantes. "La inundación de las turbas en los distritos de Egorev y de Kolomna (a unos 80 kilómetros al sureste de Moscú) ha comenzado. Un conducto de unos 20 kilómetros une el río con el norte y el sur del distrito de Egorev, mientras que se ha hecho otro de 15 kilómetros entre el Oka y el distrito de Kolomna", ha indicado Irina Andrianova, una portavoz del Ministerio.
Estos incendios de turba se han producido en antiguos pantanos que fueron secados en la época soviética y son difíciles de sofocar porque arden a varios metros de profundidad. Sólo una abundante inundación de la zona puede acabar con ellos.
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