Un aparato robótico inició anoche un recorrido por dentro del Supertubo con el fin de evaluar el estado de la tubería, que lleva cerca de 10 años en uso.
El “PipeDiver”, como se le llama al robot, entró a eso de las 10:00 p.m. al tanque de agua potable del que se alimenta el Supertubo en Arecibo.
Impulsado por la corriente, el robot debe llegar a su destino, un tanque de agua en Bayamón, a eso de las 10:00 a.m., luego de bucear a una velocidad de cuatro pies por segundo a lo largo de un tramo de 60 kilómetros.
De primera intención el aparato parece una máquina sacada de una película de ciencia ficción. El robot recorrerá tramos donde el Supertubo parece una ele, o sea, en un ángulo de 90 grados.
El aparato integra un cabezal, un módulo con una batería y un módulo para transmitir señales electromagnéticas, detectar anormalidades y colectar los datos.
Un tercer módulo transmitirá la información que se recoja, que será captada por un equipo de trabajo que recorrerá la superficie a lo largo del Supertubo, explicó Erik Delgado, director auxiliar interino para la gerencia de proyectos en la región norte de la Autoridad de Acueductos y Alcantarillados (AAA).
“Se hace sin afectar el servicio ni la calidad del agua”, dijo Delgado. Los 100 millones de galones de agua que se sirven diariamente no se reducirán.
El Supertubo es un tubo de acero reforzado con capas de hormigón en su interior y su exterior. Sobre esta última hay una capa de cables de acero y luego un revestimiento.
El “PipeDiver” detectará fallos, si los hay, en las juntas y en los cables de acero. De encontrarse alguno, la AAA evaluará cómo y cuándo se reparará.
El análisis del estudio tomará aproximadamente un mes, dijo Delgado
El presidente ejecutivo de la AAA, José Ortiz, destacó que el trabajo que se realiza es de tipo preventivo, en lugar de remediativo, como se hacía en el pasado. Explicó que a la AAA le sale más caro reparar en medio de una emergencia que planificar una reparación.
Ortiz dijo que la AAA negocia con la operadora del Superacueducto, Thames Water, para terminar el contrato antes de su vencimiento. Anticipó que a partir del primer trimestre de 2011 operarán el Superacueducto.
Los resultados del estudio, que se hace a un costo de $500,000, le permitirán a la AAA saber si hay que hacerle algún reclamo a Thames Water, dijo Ortiz.
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