A 53 aumentó hoy la cifra de muertos por los incendios forestales en Rusia, donde más de 800 personas solicitaron ayuda médica, mientras la situación continúa crítica en una decena de regiones.
De acuerdo con el Ministerio de Salud Pública y Desarrollo Social, 58 personas se mantienen aún hospitalizadas, a causa de los siniestros ocurridos en las últimas semanas, en medio de la ola de calor que azota, sobre todo, a la región central y del Volga.
En estos momentos, cerca de 170 mil bomberos y voluntarios luchan contra 557 focos de incendios forestales que abarcan un área de 174 mil hectáreas, indicó el Ministerio de Situaciones de Emergencia.
Los casos más críticos se registran en las regiones de Moscú (alrededor de la capital), Riazan, Ivanov, Belgorod, Varonizh, Lipetsk, Nizhninovgorod, Tambov y en las repúblicas de Mari El y Chubasia.
El director científico del Centro ruso para asuntos de ecología y productividad de los bosques, Alexander Isaev, declaró a Prensa Latina que los incendios llaman la atención sobre el problema del cambio climático.
Tal fenómeno puede ser perjudicial para algunas zonas del sur del país y más bien favorable por otras regiones en el norte, opinó.
Por su lado, el director del Instituto de Administración de Bosques de la Academia de Ciencias de Rusia, Andrei Sirin, estimó que además de reducir las emisiones de gases contaminantes también se necesita, dijo, una mayor optimización y la adaptación al cambio climático.
En ese sentido, Sirin se refirió al futuro proceso de inundación de los campos de turba, cuya combustión causó incendios y el humo que imperó en la capital durante los últimos días.
Isaev llamó la atención que con la legislación de 2007 para administrar los bosques, prácticamente quedó liquidado el Servicio de Guardabosques que existió por años y el principal encargado de velar por el surgimiento de focos de siniestros forestales.
La víspera, el primer ministro Vladimir Putin abogó por restablecer tal servicio de vigilancia primaria de las áreas boscosas.
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