Después de las dificultades y demoras que aplazaron casi un mes el tratamiento de la totalidad de los artículos, los bloques opositores de Diputados completaron ayer la aprobación de la ley de protección de glaciares y ahora la iniciativa volverá al Senado. “Costó mucho, pero hemos logrado vencer el lobby de la Barrick Gold”, aseguró Miguel Bonasso, impulsor del proyecto originalmente presentado por Marta Maffei, aunque advirtió que para confirmar esa afirmación tendrá que sortear el incierto terreno de la Cámara alta y luego Cristina Kirchner cumplir con su promesa de no aplicar el veto, como sí había hecho en 2008.
Como si no pudiera evitar las complicaciones, la aprobación ayer también se estiró y tuvo suspenso primero por una discusión sobre el temario de la sesión, porque el kirchnerismo se negaba a incluir una declaración de repudio por “el despojo, la persecución y el abuso” del gobierno de Formosa a una comunidad originaria de esa provincia. Y luego por un debate para introducir modificaciones: diputados del oficialismo, el PRO y el PJ disidente propusieron flexibilizar la prohibición para los emprendimientos en el área periglaciar, a partir de un estudio previo de impacto ambiental. Bonasso no las aceptó, por lo que el proyecto aprobado incluye esas zonas en el régimen de presupuestos mínimos “con el objeto de preservarlas como reservas estratégicas de recursos hídricos”.
La única modificación logró introducirla el radical Ricardo Mansur, para impedir las explotaciones mineras e hidrocarburíferas hasta terminarse el Inventario Nacional de Glaciares que establece la ley. “ Ahora hay que solicitar la rápida sanción en el Senado” , dijo el mendocino. Si prospera la iniciativa, emprendimientos como el de Pascua Lama podrían ser obligados a variar sus procedimientos de extracción de agua, coincidieron los diputados.
“Por fin hemos dado un paso muy importante en la protección de los glaciares, para evitar que el saqueo del agua entre por el Congreso, como en la década del 90”, aseguró Fernanda Reyes, de la Coalición Cívica. La aprobación se había demorado porque el oficialismo y el PRO habían dejado sin quórum la sesión de hace un mes, luego de la votación en general y los primeros cinco artículos, unos días después del cuestionado encuentro de la Presidenta con Peter Munk, CEO de la Barrick, en Canadá. Y la semana pasada, por las ausencias del kirchnerismo, parte del radicalismo y el peronismo disidente, no pudo empezar la sesión. Ahora el proyecto pasará al Senado. “Creemos que (Daniel) Filmus va a cumplir su compromiso”, planteó Bonasso. “La Presidenta ya dijo que no va a vetar el proyecto y voy a trabajar para que salga lo que acordé con Bonasso”, aseguró anoche Filmus. Aníbal Fernández también escribió en Twitter que no habrá veto.
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