Aplausos y gritos de alegría se escucharon ayer a las 17.30 en la Cámara de Diputados. Luego de tres intentos frustrados, finalmente ayer quedó aprobada (media sanción) la ley de Protección de los Glaciares, que generó una dura pulseada entre los sectores ambientalistas y aquellos que apoyan la explotación minera en la cordillera.
La ley tuvo aprobación en general el 15 de julio a la madrugada, pero cuando se pusieron a discusión los principales artículos de la norma, el kirchnerismo optó por irse del recinto y la sesión quedó suspendida por falta de quórum. La semana pasada, la oposición y algunos aliados del kirchnerismo intentaron retomar la votación del articulado, pero no consiguieron reunir los 129 diputados necesarios para sesionar.
Ayer, pasadas las 14.30 la oposición logró juntar el ansiado quórum: sentó 134 diputados en sus bancas, 5 más de los necesarios para poder empezar la sesión. Recién allí, el kirchnerismo bajó al recinto a intentar dar una pelea que de antemano sabía que perdería.
La ley que tuvo media sanción es resistida por el kirchnerismo y las provincias que tienen proyectos mineros funcionando en la cordillera porque no sólo prohíbe este tipo de emprendimientos -y también la búsqueda de petróleo y otras actividades contaminantes- en los glaciares, sino también en las zonas contiguas a los grandes hielos, que la iniciativa llama "zonas periglaciares".
Como en la sesión que finalizó abruptamente el 15 de julio se votaron los 5 primeros artículos y en el segundo de ellos se define qué es un ambiente periglaciar, quienes se opusieron a la ley por ser demasiado restrictiva concentraron todas sus fuerzas en cambiar el artículo sexto, el primero que se puso en consideración ayer por la tarde. El mismo establece todo lo que está prohibido tanto en los glaciares como en las zonas periglaciares.
Por el kirchnerismo llevó la voz cantante el diputado Daniel Tomas, un sanjuanino que responde al gobernador José Luis Gioja, gran defensor de la minería y quien el año pasado convenció a la presidenta Cristina Fernández de Kirchner de vetar una ley similar que sacó el Congreso.
Tomas y el macrista Federico Pinedo pidieron cambios en el artículo sexto, a fin de que se aplique la ley General de Ambiente y las audiencias públicas fijadas por ésta sean las que definan si un proyecto puede o no funcionar en las zonas periglaciares.
Inventario, interna y alegría
Por supuesto, la oposición comandada por el autor del proyecto, Miguel Bonasso (del interbloque Proyecto Sur) se negó a estos cambios, ya que entendieron que debe ser el Instituto Argentino de Nivología, Glacialogía y Ciencias Ambientales (Ianigla) quien debe hacer un inventario para definir qué zonas son periglaciares y, en ellas, aplicar la mirada más restrictiva ya que entienden que el 70 por ciento del agua que se consume en el país surge de los ambientes aledaños a los grandes hielos.
Aprobado este polémico artículo sexto, se dio aval al resto del articulado y se agregó uno propuesto por el mendocino Ricardo Mansur (UCR) para que el Ianigla priorice, a la hora de hacer el inventario, aquellas zonas donde hay empresas interesadas en avanzar en proyectos industriales a fin de darle certidumbre cuanto antes de si podrán afincarse o no en estos lugares.
El debate de ayer dejó en claro que hay una fuerte interna política en el peronismo de San Juan, donde Gioja defiende a rajatabla la posibilidad de que la minería avance en la Cordillera.
El diputado del peronismo disidente Mauricio Ibarra, quien se despegó de Gioja y llegó al Congreso el año pasado, recordó que la Legislatura de San Juan sacó una ley que sólo protege los glaciares y no los ambientes periglaciares. Esto le valió un dure cruce con los kirchneristas de su propia provincia, quienes lo acusaron de haber traicionado al jefe político: Gioja.
La sesión de la Cámara baja continuó con otros temas, pero cuando finalmente se aprobó la ley de Protección de Glaciares, un grupo de ambientalistas que estaba ubicado en las bandejas del segundo piso presenciando el debate desplegó una enorme bandera que rezaba "Los Glaciares No Se Tocan" y bramó de alegría.
Pero inmediatamente se produjo un preocupante forcejeo con el personal de Seguridad del Congreso, que tironeó de la bandera para llevársela porque no está permitido desplegar carteles o arrojar objetos. El incidente provocó alarma entre algunos diputados, quienes desde abajo, en el recinto, le gritaron a los "patovicas" que no se extralimitarán.
Curiosa coincidencia
Los dos sectores en pugna en torno a la ley de Protección de Glaciares tuvieron ayer una curiosa coincidencia: ambos alertaron que la batalla final es el Senado nacional ya que la presidenta Cristina Fernández de Kirchner adelantó públicamente que de ninguna manera volverá a vetar la ley que se apruebe.
El diputado Juan Carlos Gioja, hermano del gobernador sanjuanino, ni bien finalizó la sesión de ayer aseveró que "esto debe ser revisado por el Senado donde las provincias que se ven perjudicadas tienen un peso específico ya que todos los distritos tienen tres senadores", sostuvo.
En tanto, Greenpeace alertó sobre "el riesgo de que la presión de los sectores mineros se traslade ahora al Senado, donde nuevamente intentarán bloquear la norma", expresó en un comunicado.
Los sectores pro-minería tienen un trabajo difícil en el Senado, ya que desde el bloque del Frente para la Victoria el senador Daniel Filmus acordó con el diputado Miguel Bonasso (autor de la iniciativa que ayer tuvo media sanción) un proyecto en común. Filmus le garantizó a Bonasso y a otros opositores (como el radical Ricardo Mansur y el peronista crítico Enrique Thomas) que "tiene los votos" en el Senado para darle sanción definitiva al proyecto.
Pero los seguidores de Gioja y algunos opositores de otras provincias cordilleranas están dispuestos a dejar todo para que el Senado cambie sustancialmente lo que ayer aprobó la Cámara baja. |
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