Cuando recorrió la zona del Lago del Fuerte a finales de la década del ´90, lo planteó como un factor a seguir en detalle. Y ayer, consultado por Multimedios El Eco, lo reiteró: el principal riesgo de contaminación del espejo de agua más visitado por tandilenses y turistas proviene de los cursos irregulares que provienen de las napas de esa zona, que se ha urbanizado considerablemente en las últimas décadas.
Horacio Ezcurra es oceanógrafo y se mantiene vinculado a la ciudad desde hace varios años. “Hice una visita expeditiva a finales de los ´90, con conclusiones de campo y recuerdo que una de las cosas que señalé es que resulta normal, en este tipo de diques, que pierda profundidad por efecto de las lluvias en los sedimentos, y eso produce un impacto”, señaló el especialista.
Pero además, indicó que “con instrumentos muy simples estimé por entonces el volumen de lo que estaba entrando en el Dique, dos o tres arroyos, lo medí aproximadamente, y analicé lo que salía que, obviamente, era mayor; aunque el nivel del Dique no se modificaba”.
En ese momento, Ezcurra notó la existencia “de entrada de aguas al Dique que no eran visibles, posiblemente por napas o por fuera de la superficie, por lo cual es muy probable que esas entradas tengan algún tipo de contaminación séptica”.
Puntualmente, describió que es altamente probable que se trate de “aguas que tienen mucha materia orgánica, en exceso, que produce un fenómeno en estos sistemas que se llama eutrofización”.
Eso significa que “al haber mucha materia orgánica hay mucho fertilizante, crecen muchos tipos de algas que consumen el oxígeno y el agua se transforma en anóxica, donde los peces no pueden vivir y se produce su mortandad”.
Ezcurra señaló que ese fenómeno se produce “por ciclos y no se da todo el tiempo, sino que depende de los ciclos de reproducción de las algas, por ejemplo en primavera donde hay más luz”.
El chorro es bueno
Posteriormente, el especialista comenzó a visitar más seguido la ciudad y notó el crecimiento de la urbanización e inclusive la instalación del géiser, cuestión que evaluó como positiva.
“Es positivo porque el chorro o géiser es un aireador del agua, porque cuando sale para arriba y se pulveriza, las gotas entran en contacto con el oxígeno disuelto, por eso oxigena el agua y compensa en alguna medida el efecto de eutrofización. Básicamente le aporta más oxígeno al agua para neutralizar la contaminación posiblemente séptica”.
Necesidad de muestras, cada tres o cuatro meses
Advertido del crecimiento de las urbanizaciones en esa zona y la proliferación de pozos que entran en contacto con las napas que recorren los límites del Lago del Fuerte, indicó que lo ideal será “hacer una pequeña campaña: ir con un bote, tomar las muestras, medir con un oxímetro las concentraciones de oxígeno y hacer un mapa porque el oxígeno se distribuye de alguna manera”.
Eso le permitiría a las autoridades saber con precisión “dónde hay más y menos oxígeno, manteniendo un control así al menos tres o cuatro veces al año, cuando no es algo costoso, e incluso lo puede concretar algún especialista local o estudiantes de la Universidad”.
A partir de esas mismas muestras se podrían medir las cantidades de “materia orgánica” y eso permitiría determinar “la cantidad de oxígeno que debe agregarse al agua para fusilar o abatir la cantidad de materia orgánica. Y para eso se debe tener el dato en diferentes sectores del Lago y a distintas profundidades, porque allí se pueden sacar varias conclusiones incluso para descartar otro tipo de contaminación, como la presencia de bacterias o de metales pesados. Todo lo relacionado a una contaminación más agresiva, para estar tranquilos y saber bien qué es lo que está ocurriendo” concluyó sobre ese punto.
¿Es riesgoso para la actividad humana?
Consultado sobre los riesgos de no saber cuál es el verdadero estado del agua, el especialista indicó que existen “parámetros internacionales y una normativa argentina de calidad de agua, por eso depende del nivel de contaminación saber si el agua es apta para consumo, para uso recreativo, para riego, pero hay agua que no es apta para ninguna de esas cosas. Eso depende de las concentraciones que se encuentren de contaminantes, en relación a la materia orgánica que ingresa en un cuerpo de agua ya que la van degradando en nitritos y nitratos, que son fertilizantes de esos florecimientos algales que se chupan el oxígeno en el agua y producen, por ejemplo, la mortandad de peces”, cerró.*
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