La peor ola de calor que ha visto Rusia desde el comienzo de registros meteorológicos no constituye una señal de futuras catástrofes climáticas o cambios de clima, aseguraron hoy fuentes de la Academia de Ciencias de Rusia.
"Las desviaciones (del clima) hacia un extremo u otro en distintas regiones se deben a la inestabilidad del sistema climático. Ese sistema siempre se reorganiza, hecho que puede provocar situaciones anómalas y extremas", explicó el científico de la Academia rusa, Mijaíl Kabanov.
Según el experto, todavía no se sabe si estos cambios climáticos están ocasionados por efectos del calentamiento global o son fluctuaciones temporales del ciclo de temperaturas.
"En los últimos 30-40 años en la Tierra, sin duda, se ha registrado un calentamiento, pero ese fenómeno también se observó anteriormente y después fue seguido por épocas de descenso de temperaturas. Es decir, esas fluctuaciones no son algo fuera de lo común para la Tierra", señaló Kabanov.
Al mismo tiempo, el científico sostiene que la sequía como tal todavía no es un auspicio de la catástrofe venidera y la probabilidad de repetición de semejantes condiciones climáticas es muy baja.
"Es un hecho aparte. Y todavía no está bien estudiado para dar pronósticos sobre el futuro. A día de hoy, no poseemos conocimientos suficientes para hacer pronósticos seguros", concluyó el experto ruso.
Por su parte, otro especialista de la Academia de Ciencias de Rusia, Vladímir Penenko, atribuyó las situaciones climáticas anómalas a la interacción del océano y la atmósfera.
Penenko aseguró que el futuro del cambio climático depende del comportamiento de ese "tándem". |
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