Las lluvias azotaron esta noche la provincia noroccidental china de Gansu donde, el pasado domingo, un alud de barro sepultó la comarca de Zhouqu y causó al menos 1.117 muertos y 627 desaparecidos, informó hoy la prensa local. La agencia oficial de noticias Xinhua comunicó esta mañana que existen otras tres personas desaparecidas tras las tormentas en la zona.
Mientras, el Centro Meteorológico Nacional advirtió que el mal tiempo que se avecina puede hacer que se desborde el lago artificial que bloquea el río Bailong, lo que provocaría nuevas inundaciones en la zona, donde miles de personas entre socorristas y voluntarios buscan a posibles supervivientes. La prensa aseguró además que el nivel del río Bailong ha aumentado tres metros y un nuevo alud de lodo ha bloqueado un camino esencial por el que se trasladaba el material de socorro. Se estima que unos 45.000 metros cúbicos de lodo han cubierto la carretera que va de Lianghekou a Zhouqu, y que supone el acceso más corto para enviar ayuda humanitaria, explicó Xinhua.
El diario China Daily apuntó que el gobierno provincial ha ordenado una evacuación masiva de residentes a zonas seguras. La búsqueda de supervivientes entró hoy en su quinto día, y a pesar de que ya se ha cumplido el tiempo de la llamada "ventana dorada", que se refiere a las primeras 72 horas después del desastre, todavía existe la esperanza de encontrar personas con vida.
Según los medios de comunicación, los equipos de salvamento, formado por 40 soldados, trabajan en uno de los edificios dañados después de que algunos residentes escuchasen esta noche gritos procedentes del inmueble. Historias como la de Wang Dianlan, un hombre de 50 años rescatado ayer tras permanecer 81 horas atrapado en el lodo, animan a los grupos de socorro a continuar con su trabajo.
Las últimas informaciones del Buró de Asuntos Civiles de la provincia señalaban que 567 supervivientes han recibido tratamiento médico y que otros 64 se encuentran gravemente heridos. El subdirector del departamento de Geología del Ministerio de Tierra y Recursos, Tao Qingfa, sostuvo ayer que el terreno montañoso, la sequía y el efecto del terremoto de 2008 en la vecina provincia de Sichuan están entre las causas del devastador alud. Sin embargo, los tibetanos aseguran que la construcción masiva de presas, la minería y la deforestación son las causantes de esta tragedia.
Un 30 por ciento de la población de Zhouqu esta formada por tibetanos, una etnia que acusa a los chinos de reprimir su cultura. El alud de Zhouqu ha sepultado a la mitad de los 3.400 muertos y desaparecidos que han dejado las lluvias monzónicas desde mayo en China.
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