Paquistán emitió ayer nuevas alertas de inundaciones, que golpearían al país hacia el fin de semana, mientras el gobierno y las agencias internacionales aceleraban la entrega de ayuda para contener el desastre humanitario, que afectaría a más de 15 millones de personas.
Las advertencias lanzadas por Islamabad, que afectarían a varias ciudades de las provincias de Punjab y Sindh, golpeadas antes por el avance de las aguas del río Indo, sumaron aún desesperación entre los sobrevivientes que intentan a diario conseguir agua y comida en momentos en los que los musulmanes de todo el mundo iniciaron ayer el mes santo de Ramadán.
Pueblos y aldeas enteras permanecían tapadas por el agua y las comunicaciones terrestres por el país prácticamente se encontraban colapsadas. "Es muy difícil acercar la ayuda porque no tenemos acceso a esas áreas. Para ser sincero, no tenemos una radiografía a escala nacional", dijo Irshad Shaikh, de la Organización Mundial de la Salud.
El presidente paquistaní, Asif Ali Zardari, que recibió una lluvia de críticas por no suspender una gira internacional con la catástrofe ya iniciada, realizó ayer las primeras inspecciones en la localidad de Sukkur, en Sindh.
Dos helicópteros estadounidenses llegaron ayer al país, los primeros de un contingente de 19 de esas naves que Washington envió a Paquistán para aceitar el reparto de la ayuda humanitaria, asistencia que la Casa Blanca espera que sirva para cambiar el sentimiento antinorteamericano en la población del país. Los talibanes, que controlan la porosa frontera con Afganistán, aprovecharon la crisis actual para expandir su influencia y asistencia en las áreas del Noroeste arrasadas por el agua.
La ONU estimó ayer que el 20% del territorio paquistaní está bajo el agua. Más de 15 millones de personas fueron afectadas por las inundaciones, entre ellos 6 millones de niños.
En tanto, se reveló que más de un millar de las aproximadamente 1600 víctimas mortales que se han cobrado las inundaciones pertenecen a la provincia de Khyber-Pakhtunkhwa, escenario el año pasado de feroces combates entre el ejército paquistaní y los talibanes, que forzaron el desplazamiento de más de un millón de sus habitantes.
|
|
|