La organización ecologista Greenpeace comenzó una expedición marina para analizar el impacto en el ecosistema marino del derrame de petróleo producido por una plataforma de la empresa BP en el Golfo de México.
La expedición de Greenpeace es la segunda de una organización ecologista dirigida a analizar los efectos del vertido de crudo, ya que la semana pasada partió del puerto de Fort Lauderdale (sureste de Florida) un buque del grupo internacional Oceana.
La embarcación Arctic Sunrise de Greenpeace partió del puerto de Saint Petersburg (costa oeste de Florida) con un equipo a bordo de científicos independientes, quienes investigarán los efectos del vertido en la fauna marina.
Desde que el pasado 20 de abril una explosión destruyera la plataforma petrolífera Deepwater Horizon de la compañía británica BP, ubicada a unos 100 kilómetros al sudeste de las costas del delta del río Mississippi, en Louisiana (EEUU), más de 4,9 millones de barriles de crudo se han vertido en el océano.
La empresa BP logró, finalmente, la semana pasada sellar el pozo, mientras prosiguen las labores de limpieza en la costa más afectada: Louisiana, Mississippi y Florida.
La contaminación de esas aguas, aún en zonas que aparentemente están limpias de crudo, puede afectar al coral y a diversas especies animales, como tortugas, tiburones o atún rojo de ese área, una especie que únicamente se cría en esa zona y en el Mediterráneo.
El Gobierno de EE.UU. anunció la semana pasada que casi las tres cuartas partes del petróleo vertido desde abril se han recogido, quemado, evaporado o descompuesto por causas naturales |
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