Inundaciones, incendios, hielo que se derrite, calores sofocantes. Desde el smog de Moscú hasta Pakistán --tapada de agua-- y el Artico, el hemisferio norte parece estar derritiéndose y los científicos dicen que esto es una confirmación de que el mentado cambio climático ya empezó.
Cataclismos de julio y agosto relacionados con el clima encajan dentro de las tendencias pronosticadas por los científicos, según la Organización Meteorológica Mundial (OMM), con sede en Ginebra, aunque los mismos expertos se abstienen de vincular episodios individuales con el calentamiento global.
Los especialistas hablan de la necesidad imperiosa de pronosticar mejor eventos extremos como la ola de calor acompañada de incendios en Rusia y los aguaceros sin precedentes en Pakistán. Analizarán las posibilidades este mes y el próximo en conferencias auspiciadas por las Naciones Unidas y los gobiernos de Estados Unidos y Gran Bretaña.
``No hay tiempo que perder'', expresó el climatólogo británico Peter Stott.
Indicó que los diseñadores de herramientas para pronosticar el clima quieren desarrollar supercomputadoras capaces de vincular mejor la causa y efecto en un mundo que se calienta, en el que las corrientes de aire y otros fenómenos climatológicos sufren cambios que generan grandes trastornos.
Los científicos de la ONU vienen diciendo desde hace tiempo que un aumento en las temperaturas globales causará olas de calor más frecuentes e intensas, y lluvias más fuertes. En su informe más reciente, del 2007, fueron más allá y dijeron que ``ya se están observando esas tendencias'', que se manifiestan en un incremento en las olas de calor desde 1950, por ejemplo.
De todos modos, los climatólogos prefieren no responsabilizar al calentamiento global por las sequías e inundaciones, dado que hay muchos otros factores que pueden afectar el clima un día determinado.
Stott y Gavin Schmidt, del Instituto Goddard de Estudios Espaciales de Nueva York --organismo de la NASA-- afirma que es mejor hablar de la ley de las probabilidades: el calentamiento, por ejemplo, hace que se dupliquen las posibilidades de una hola de calor.
La OMM, no obstante, afirma que los eventos en curso encajan dentro de los pronósticos de los científicos en el sentido de que habrá ``más casos de calor extremo, y con mayor frecuencia, debido al calentamiento mundial''.
La evidencia abunda: Rusia vive el peor verano de su historia, acompañado de sequías e incendios forestales enormes; en Pakistán se han registrado las peores lluvias monzónicas de que se tenga noticias, con las consiguientes inundaciones que afectaron a 14 millones de personas; China soporta las peores inundaciones en décadas, según la OMM, en tanto que en el Artico se observó un desprendimiento de una masa de hielo de 100 millas cuadradas en el Glaciar Petermann de Groenlandia. Fue el peor desprendimiento en medio siglo.
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