La Comisión Administradora del Río Uruguay (CARU) volvió a poner las bajas temperaturas como factor preliminar de la mortandad de peces registrada en el curso de agua. “Los registros de los censores de temperatura instalados a lo largo del río han alcanzado valores mínimos de 7 u 8 °C durante este invierno, niveles cercanos a los de tolerancia mínima”, explicó el organismo. Al mismo tiempo, recomendó no comer los peces muertos, aunque mencionó que no se ha determinado “ningún riesgo” para la ingesta de piezas capturadas vivas. Los ejemplares involucrados pertenecen a varias especies, entre ellas sábalo, dientudo, patí, manduví, bagre, tararira, armado común.
Durante el presente invierno se han denunciado varios casos de mortandad de peces en diferentes localidades en el río Uruguay, que involucraron a ejemplares de varias especies (sábalo, dientudo, patí, manduví, bagre, tararira, armado común), con predominio de peces juveniles”, puntualizó la CARU en un comunicado.
Además, indicó que “según los informes preliminares sobre análisis morfológico de los peces, no se observaron alteraciones patológicas en los órganos que correspondieran a procesos infectos contagiosos”. Adicionalmente, “se observó -en casi todos los casos- que el tubo digestivo estaba vacío y la vesícula biliar llena, lo cual haría referencia a varios días de ayuno”.
“Los registros de los censores de temperatura que CARU tiene instalados a lo largo del río han alcanzado valores mínimos de 7 u 8 °C durante este invierno, niveles cercanos a los de tolerancia mínima de los peces. La baja temperatura del agua se acentúa en arroyos afluentes o lagunas litorales, en los que por su poca profundidad las temperaturas pueden descender aún más que en el curso principal, y un hallazgo en el embalse o río aguas abajo de estas zonas puede deberse a la deriva de peces muertos o moribundos provenientes de ellas”, describió.
“De manera preliminar, en base a lo expuesto y al hecho de que los eventos de mortandad ocurrieron en puntos distanciados entre si distribuidos a lo largo de todo el tramo del río y con bastante coincidencia en el tiempo, se podría concluir que las bajas temperaturas reinantes durante gran parte del período mencionado junto con la presencia de juveniles en áreas costeras, las que generalmente son más someras y donde las temperaturas resultan más extremas, podrían haber sido nuevamente la razón para desencadenar estos sucesos de mortandad, de modo semejante a como ya ocurriera en el invierno del 2007”, remarcó.
“En caso de identificar una mortandad de peces por encima de 100 individuos, se sugiere entrar en contacto con el destacamento de Prefectura más cercano a su localidad o comunicarse directamente con la Comisión”, concluyó en el texto al que tuvo acceso APF. |
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