Más de 1.200 habitantes de Campo Durán cuentan desde hace pocos días con servicio de agua potable, tras la puesta en funcionamiento de una toma y red de conducción proveniente del acueducto Aguaray-Tartagal (RN 34).
La obra consistió en la instalación de 4.700 metros de cañería de conducción de cuatro pulgadas de diámetro, sobre la ruta provincial 54. La tubería está conectada a la toma del dique Itiyuro, Tartagal, que abastece al 80% de los aproximadamente 120.000 habitantes del norte salteño.
Este nuevo sistema, que incluye redes de distribución, hará posible el suministro de agua a la Escuela 4.242 y a todos los habitantes de la zona, en su mayoría pertenecientes a la etnia aborigen Chané. Cabe destacar que fueron los mismos pobladores quienes aportaron la mano de obra para la colocación de la cañería.
El proyecto contó con el asesoramiento técnico de la Secretaría de Recursos Hídricos, perteneciente al Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sustentable de la Provincia. Dicho organismo fue el encargado de realizar el anteproyecto, mientras que la financiación para los insumos estuvo a cargo de la Subsecretaría de Agricultura Familiar.
En tanto, la Municipalidad de Aguaray se encargó de la logística y aportó la maquinaria para la ejecución de los trabajos. Al respecto, el secretario de Recursos Hídricos, Alfredo Fuentes, resaltó la importancia de esta obra para una comunidad que nunca tuvo agua potable.
Campo Durán es una de las comunidades más antiguas del departamento San Martín. Allí residieron históricamente aborígenes chané, a los que con los años se sumaron criollos e inmigrantes.
El lugar, por las aguadas que forma el río Itiyuro (o Caraparí) y por las pasturas, era ideal para el descanso de arrieros y para darles de beber y de comer a los animales; así se constituyó este primer asentamiento poblacional del norte argentino.
Desde hace cinco décadas los grandes complejos petrolíferos y gasíferos funcionan a pocos metros de donde residen un centenar de familias chané y unos 50 criollos.
Estas familias nunca tuvieron agua potable de red. Antes de instalarse la destilería consumían el agua del río Itiyuro; tiempo después la provisión les llegó desde el mismo complejo industrial, pero sin las condiciones óptimas de potabilidad.
Un sueño hecho realidad
“Ahora nuestro sueño se hizo realidad. Abrimos los grifos y en cada una de las casas salía agua potable, muchísima agua”, relató León Saravia, cacique de la comunidad Chané.
“Fue uno de los momentos más emotivos de nuestras vidas”, aseguró.
En la ocasión, los pobladores se abrazaron y hasta lloraron de la emoción.
El intendente de Aguaray, Juan Carlos Alcoba, expresó que “fue realmente emocionante brindarles un servicio esencial, sin el cual muchos ni nos imaginamos cómo se puede vivir”.
Agregó que “en la localidad hicimos muchas obras, pero que hayamos contribuido a que esas familias cuenten con agua tiene un valor más allá del aspecto monetario. Ahora están llenos de proyectos, de ganas de hacer cosas”.
El cacique de la comunidad dijo que “se trataba de una demanda histórica y para nosotros es un sueño cumplido”. |
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