Unas 20 millones de personas integran la cifra provisional de damnificados por las inundaciones en Pakistán que, desde fines de julio, afectan a casi medio país. La emergencia, que ha provocado ya 1.200 muertos, fue calificada como "una tragedia sin precedentes" por las Naciones Unidas. Su magnitud es de tal gravedad que ha forzado a India con la que los paquistaníes mantienen una enemistad de medio siglo a ofrecer inédita ayuda económica para enfrentar las necesidades de una de las naciones más pobres del Asia Central.
Según se supo ayer, la cifra de damnificados divulgada por el premier Yusuf Gilani es muy superior a las 14 millones de personas calculadas el viernes por el organismo internacional con sede en Nueva York. Gilani se dirigió a la Nación con motivo del 63° aniversario de la independencia, cuyas fiestas fueron canceladas ante la emergencia, en medio de una ola de críticas al presidente Asif Zardari viudo de la asesinada ex premier Benazir Bhuto por haber viajado a Europa en medio de la catástrofe y por mantener su viaje a Rusia proyectado para esta semana pese a la penuria nacional.
Las agencias de la ONU advirtieron que la inundación aún crece y que hay posibilidades de epidemias. Ya hubo al menos 54.000 casos de diarrea. "Queremos advertir que la crisis que enfrenta Pakistán es enorme", dijo Mengesha Kebede, de la agencia de refugiados de la ONU. Las inundaciones son las peores desde 1930.
La zona más afectada es la cercana al río Indo, principal curso de agua del país, que ya devastó el norte. Un dato para comprender la magnitud del fenómeno: el río mide ahora 25 kilómetros de ancho, al menos 20 kilómetros más que lo normal. |
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