La construcción de la central hidroeléctrica en el dique Salto Andersen sigue generando polémica. A las objeciones por los mayores costos de la obra civil y el montaje, se suma ahora la revelación de que buena parte de las columnas y conductores para la interconexión de la usina fueron comprados por la provincia hace más de 10 años pero no están disponibles porque se desviaron a otros tendidos.
Una versión indica que los materiales se utilizaron en el tendido entre la central Turbine Power y la estación transformadora Loma Negra, al norte de Roca, que quedó a cargo de la estatal Transcomahue y fue solventada por la petrolera estadounidense Chevron.
Hace décadas que la población de Río Colorado quiere ver la central hidroeléctrica en el Dique Salto Andersen hecha realidad. Por varios manejos extraños y nunca clarificados esos sueños siempre quedaron truncos. En la actualidad la obra está en marcha, pero con los altos costos que tendrá la finalización, volvieron a surgir los miedos.
La semana pasada se hizo presente en la localidad el superintendente del DPA, Horacio Collado, que en conferencia de prensa brindó un detalle de los trabajos que se están realizando en la central, y justificó cada incremento que viene sufriendo desde su licitación hasta la actualidad.
Las dudas y los temores que volvieron a surgir trajeron a la memoria una anterior licitación, trunca, realizada en marzo de 1994, cuando el gobernador era Horacio Massaccesi, Miguel Srur presidía ERSE, Sigifredo Ibañez era intendente y Horacio Collado estaba en la Autoridad de Cuencas.
La obra de Salto Andersen ocupó y ocupa un lugar de privilegio en la política energética de cada gobierno provincial, antes de la privatización de los servicios eléctricos administrados por el Estado.
En 1994 se inauguró la obra de interconexión entre la estación transformadora Céspedes y Río Colorado, revirtiendo un atraso de varias décadas en el desarrollo regional, debido a la falta de energía y el alto costo de la generación localmente.
La línea tiene capacidad para transportar en una tensión de 132 kilovoltios (kV), pero funciona con 33 porque la demanda no justifica un mayor voltaje.
El esquema cerraba, de todo modos, porque Salto Andersen iba a conectarse a la red nacional en la estación de Río Colorado, a 70 kilómetros, y entonces sí podría elevarse la tensión.
Por entonces no se trató de una inversión menor, lo que denota el interés que existía en la concreción del proyecto.
A un lado de la estación transformadora Río Colorado se encuentran las columnas de hormigón para el tendido desde la nueva central; también habría partes de los materiales licitados, comprados y pagados como conductores y aisladores.
Algunos memoriosos sostienen que gran parte de esos elementos, con manejos pocos claros, fueron llevados para la culminaciones de otras obras, al parecer Turbine Power-Loma Negra.
Por esa época se había determinado la viabilidad de la ejecución de la hidroeléctrica en Salto Andersen, licitando y adjudicando los trabajos a la empresa New World Power, con el desafortunado desenlace de la rescisión por todos conocida, operada por atrasos y el desistimiento de la firma a llevar adelante el emprendimiento.
Al mismo tiempo, la provincia compraba los materiales para la conexión, que fueron traídos a Río Colorado, acopiados y transferidos a la Cooperativa de Electricidad de Río Colorado, que se convirtió en depositaria de ellos.
Todavía pueden apreciarse la columnas estibadas entre malezas y algunos vehículos municipales fuera de servicio, que es lo único que quedó. Tal vez también algunos rollos que pueden ser de conductores.
Todo lo demás fue retirado y llevado con otro destino, e igual suerte deben haber corrido los equipos técnicos con que se dotó a la estación transformadora. Todo ello tenían un enorme valor económico de cientos de miles de dólares. Lo llamativo es que ahora se plantea entregar la energía de Salto Andersen en otro punto, en la provincia de La Pampa, porque la distancia es mucho menor.
El interés de concretar la obra se mantuvo intacto en Río Colorado, tanto la municipalidad como la cooperativa sostenían su necesidad y la posibilidad de realizarla. Desde el gobierno local se intentaba municipalizar el proyecto, porque nadie quería bajar los brazos.
A mediados de 1998 surgió una esperanza, materializada en el interés de una empresa Albanesi SA, que hace la propuesta de llevar adelante el proyecto de la central con algunas modificaciones técnicas superadoras.
El sistema sería el mismo y la generadora, transcurridos 20 años, volvería al patrimonio provincial. Se realizaron contactos con las autoridades correspondientes (había una maraña de responsables a partir de la privatización del servicio) y con la Cooperativa, surgiendo un proyecto de Carta de Intención entre ambas entidades, con el objeto de concretar el emprendimiento. El proyecto era que Albanesi SA realizara la obra y la cooperativa se encargara de la administración de la generación, transporte y distribución de la energía.
Según pudo saberse se realizaron varias reuniones, entre 2008 y 2009, pero, cuando todo parecía marchar en firme, sorpresivamente la empresa interesada informó su decisión de desistir del proyecto.
Nunca se pudo saber la causa. Al parecer, se le habría requerido el cumplimiento de alguna exigencia monetaria, que la empresa rechazó de plano. Hasta la fecha la realidad es que es difícil echar luz a esa velada situación.
La cooperativa, jaqueada por disputas de poder, manejos entre consejeros, no hizo más gestiones y todo quedó en el olvido.
Dicen que el financiamiento es un hecho
El presidente de la comisión de Recursos Hídricos de la Legislatura de Río Negro, diputado radical Adrián Torres, adelantó en una entrevista radial que "es casi un hecho que se apruebe el nuevo financiamiento de 54 millones de pesos para Salto Andersen", al tiempo que justificó los mayores costos asignados a la obra de generación hidroeléctrica.
Confirmó que en la reunión con Horacio Collado, del DPA, conocieron de primera mano las razones de los incremento en el costos, que fueron de 22 millones de pesos del presupuesto oficial a casi 130 millones en la actualidad.
"Tuvimos un encuentro que nos permitió conocer más los pormenores de este tipo de obras, y que básicamente los incrementos están relacionados con el paso del tiempo, el aumento de precios, además de tenerse en cuenta en esta etapa la interconexión al sistema eléctrico al sistema nacional", dijo.
Respecto de los cuestionamientos de los diputados de la oposición, Torres consideró que se hacen por un total desconocimiento, en obvia referencia a las declaraciones que viene haciendo el legislador Martín Soria, del PJ.
"Creo que tienen un gran desconocimiento de la realidad a través de los papeles y que no conocen ni la historia de Salto Andersen ni la importancia que tendrá no sólo para la provincia sino para el país la puesta en marcha de la central, es la necesidad de salir en los medios en virtud de la campaña de su padre (Carlos Soria), lo hace apresurarse y hablar sin conocimiento y comparar el Salto Andersen con Yacyretá, es una falta de respeto a la sociedad de Río Negro.", afirmó.
Por último, adelantó que sería un hecho la decisión legislativa de autorizar al Ejecutivo a un nuevo endeudamiento, en este caso de 54 millones, que servirán para terminar con la instalación y la subida al sistema nacional, endeudamiento que tendría como contrapartida la venta de energía desde la central.
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