El gobierno santiagueño insistirá en sancionar penalmente a los ingenios tucumanos que contaminaron la cuenca del Salí-Dulce y que ya causaron la muerte de más de 4 toneladas de peces en el lago de Río Hondo. Según funcionarios de la provincia, es el mayor desastre ecológico de la década en la cuenca del Salí-Dulce .
El panorama, con toneladas de peces muertos, amenaza con provocar efectos negativos en el turismo, ya que Las Termas de Río Hondo se encuentran en plena temporada. La contaminación de la cuenca del Salí-Dulce siempre llega en esta época, porque los ingenios tucumanos empiezan su proceso con la caña de azúcar y arrojan la cachaza y la vinaza a los afluentes que vierten sus aguas en el lago de Río Hondo. Pero este año la situación se agravó.
La justicia federal tucumana está investigando a los ingenios que vierten sus desechos al cauce del río Salí y apuntan al Trinidad. El fiscal tucumano que instruye la causa por la contaminación, Gustavo Gómez, ordenó una medida para este ingenio, que había puesto sobre uno de los canales de eliminación de vinaza “una especie de puerta trampa para derivar todos esos líquidos hacia el cauce del río Salí”.
“La situación es demasiado grave y tenemos que tomar decisiones urgente”, dijo el secretario del Agua de Santiago del Estero, Abel Tévez, quien señaló la necesidad de pedir que se convoque al Comité Ejecutivo de la cuenca, integrado por los gobernadores de cinco provincias y el Ministerio del Interior.
En este sentido, las críticas por la contaminación apuntan también a la Nación. Hace unos días se convocó a una reunión de los Defensores del Pueblo de la cuenca, que recorrieron el lugar y con muestreos constataron la falta total de oxígeno en el agua, que provocó en las últimas dos semanas la mortandad masiva de sábalos, tarariras, bagres y pejerreyes. Después de ese encuentro, la Defensoría del Pueblo de la Nación denunció en un comunicado que el gobierno nacional “no se ha ocupado integralmente de la grave contaminación ambiental que sufren santiagueños, tucumanos y cordobeses que viven cuenca abajo, linderos a los Ríos Salí, Dulce y la laguna de Mar Chiquita, lo que afecta directa e indirectamente a casi cinco millones de habitantes”.
|
|
|