El mandatario radical Ricardo Colombi volvió a ratificar que su Gobierno «acompañará toda inversión, siempre que ésta no dañe el ambiente» y que «aquellos que con la excusa de cuidar el medio ambiente toman una posición extrema, lo único que logran es más pobreza». «Si Corrientes es apta para una pastera, ésta será bienvenida», remarcó.
Las declaraciones se dan en el marco de la creciente polémica en torno a la construcción -supuestamente inminente- de la represa Ayuí Grande en la localidad de Mercedes y sobre el arroyo Ayuí, cuyas aguas desembocan en el río Uruguay (con el Miriñay de por medio).
Riesgosamente, la avanzada transcurre en medio del tironeo entre la Argentina y Uruguay por la pastera de UPM (ex Botnia), instalada justamente sobre el río Uruguay, y el reciente acuerdo sellado entre Cristina de Kirchner y José Mujica, que no termina de convencer a los ambientalistas de Gualeguaychú. De hecho, en las últimas horas los asambleístas salieron a advertir que «es tan grave lo de Botnia como lo del Ayuí». «Debe someterse al Estatuto del Río Uruguay porque puede dar pie a que Uruguay diga que hay acciones que impactan sobre el río», dijo Luis Leissa.
Según trascendió, el emprendimiento en Corrientes apuntaría a asegurar el riego de 18 mil hectáreas (resultarían inundadas otras 8 mil) para la producción de arroz de la zona, en manos supuestamente del multimillonario húngaro George Soros (Adecoagro) y del vicepresidente del Grupo Clarín, José Aranda (Copra SA), quienes construirían en alianza esa represa.
Pero los productores río abajo denuncian que se quedarán de esa manera sin agua, mientras que una alta fuente de la delegación argentina en la Comisión Administradora del Río Uruguay (CARU) advirtió a Tiempo Argentino que «lo que quieren hacer es una salvajada» por el grave impacto diplomático que generaría en la delicada relación con Uruguay.
• Advertencia
«Atención: uno de los dueños de Clarín es una amenaza para el medioambiente en Corrientes y el río Uruguay», disparó ayer, sin medias tintas, el propio canciller Héctor Timerman desde la red social Twitter.
Según entiende la fuente de la CARU, «las consecuencias de la represa no afectarían tanto el nivel del caudal del río Uruguay, sino los sedimentos». «Las autoridades correntinas se cortaron solas y nunca atendieron los pedidos oficiales del Estado nacional en pos de precisiones sobre una obra de semejante envergadura», advirtió, además de recalcar que de iniciarse en las próximas semanas la construcción de la represa -que ya cuenta con el aval de rigor del Gobierno y de la Legislatura correntinos-sería un « escándalo».
Incluso, la posibilidad de que el emprendimiento arrocero contaminara el río Uruguay puso en alerta desde 2008 -y en pleno conflicto con Uruguay por Botnia, con el piquete ambientalista en su plenitud-a la Cancillería argentina, la Secretaría de Medio Ambiente nacional y la CARU, según una investigación de ese diario.
«Si nosotros les recriminamos judicialmente (a Uruguay) que no avisaron con anticipación de la instalación de Botnia, ésta sería la excusa perfecta para que hagan lo propio con la construcción de la represa», advirtió.
En este candente marco, y precisamente en medio de la VIII Jornada de Arroz que se desarrolló en la Sociedad Rural de Corrientes el jueves y el viernes pasados, Colombi insistió en que «todos los sectores de la producción tienen las puertas abiertas del Gobierno para encontrar ayuda y así sacar adelante la provincia, porque es necesario generar trabajo».
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