El descuido o la falta de previsión de un regante provocó ayer la inundación de dos viviendas del centro de la villa cabecera de Medrano, en Junín. “Nos despertamos con el agua hasta las rodillas”, dijo uno de los perjudicados. En tanto, un inspector de cauces de la zona dijo que “falta cultura” entre los mendocinos en el uso del agua y el cuidado de los canales y acequias.
“Hace 6 años que vivimos acá y esto no es la primera vez que pasa. Por suerte hoy a las 7, cuando se encendió la heladera, saltó el disyuntor y se cortó la luz, sino no sé que nos hubiera pasado”, contó ayer Luis Araya (24) mientras sacaba el barro de su casa, ubicada en Sarmiento 28 de la villa de Medrano, una de las viviendas que quedaron bajo el agua después de que se desbordara una acequia.
Según explicó ayer Luis Benedetti, inspector del Canal Matriz Constitución, “aparentemente todo se debió al descuido de un regante cercano, que largó el agua porque ya había regado la finca y tenía que dejar correr el sobrante, sin tener la precaución de controlar que estuvieran sobre aviso aguas abajo”. Benedetti, quien no tiene jurisdicción en el área donde ocurrió en incidente pero que trabajó gran parte de la mañana para desagotar las viviendas anegadas, sostuvo que “esto ocurre por falta de cultura. Yo he llegado a sacar cubiertas de tractores, de camiones y millones de desperdicios de los canales. Evidentemente, pese a los años, todavía los mendocinos no tomamos conciencia de la importancia de la utilización responsable del agua y del mantenimiento de los cursos”.
Dos camiones atmosféricos de la Municipalidad de Junín, otro de la vecina Rivadavia, más maquinaria y personal del Departamento General de Irrigación debieron trabajar durante toda la mañana para extraer el agua que había quedado embancada en un sector bajo de la villa de Medrano y que afectó especialmente a dos viviendas.
Pasado el mediodía, cuando Diario UNO entrevistó a los afectados, todavía el agua anegaba los patios, había barro dentro de las viviendas y lo inestable del terreno hacía dudar sobre el futuro de las dos casas de adobe que habían recibido el inesperado aluvión.
El intendente de Junín, Mario Abed, visitó la zona y les ofreció a los damnificados la entrega de colchones y ropa de cama, y dispuso que Desarrollo Social haga un informe de la situación.
“Se mojaron la heladera, el lavarropas y el equipo de música. Todavía no sabemos si van a volver a funcionar, estamos esperando a que se sequen un poco para enchufarlos”, contó Luis Araya.
En tanto, Andrés Guajardo (60), otro de los afectados, dijo que “nosotros somos una de las tantas familias que necesitan una vivienda digna. Aprovechamos para recordárselo al Gobierno de la provincia”.
Benedetti advirtió que, más allá del descuido que generó la inundación, “estas casas están ubicadas en una zona muy baja, son de adobe y tienen más de 60 años, y cualquier desborde por lluvias intensas puede volver a afectarlas”.
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