Indigna comprobar que el Gobierno de la provincia de Tucumán incumple con su responsabilidad de controlar la contaminación de los ríos que desembocan en el dique de Las Termas, pese a haberse comprometido a hacerlo en reiteradas oportunidades.
M uchos se sorprendieron y justificadamente condenaron el corte de ruta de los Asambleístas de Gualeguaychú, ante la posible contaminación del río Uruguay, por la instalación de una gran industria pastera.
Más sorprendente es que pocas voces se alcen para reclamar por la contaminación del Riachuelo, que marca el límite entre la Capital Federal y la provincia de Buenos Aires. Máxime cuando los gobiernos no cumplen con el saneamiento ordenado por la Corte Suprema de Justicia de la Nación.
Pero realmente indigna comprobar que el Gobierno de la provincia de Tucumán incumple con su responsabilidad de controlar la contaminación de los ríos que desembocan en el dique de Las Termas de Río Hondo, pese a haberse comprometido a hacerlo en reiteradas oportunidades.
Asimismo indigna la inacción de la Secretaría de Medio Ambiente y Desarrollo Sustentable de la Nación, que se comprometió hace cuatro años a constituirse en garante del cumplimiento de las acciones para reducir la contaminación paulatinamente.
Como todos los años, miles y miles de peces mueren asfixiados por la contaminación proveniente de los ríos tucumanos donde los ingenios, citrícolas, papeleras y hasta los residuos cloacales se vuelcan libremente sin controles efectivos por parte de las autoridades del Gobierno tucumano.
Santiago del Estero está perdiendo un magnífico espejo de agua con una riqueza ictícola fantástica, que junto a sus extraordinarias aguas termales constituyen la base natural de su desarrollo turístico.La responsabilidad de la inacción por disminuir la contaminación le cabe ineludiblemente al Gobierno de Tucumán, puesto que es en su territorio donde se producen los delitos a cargo de empresarios y funcionarios inescrupulosos."
A ello se le suma la inversión pública y privada que durante años se instaló a su derredor, generando miles de puestos de trabajo que aún pueden multiplicarse con mucho mayor énfasis en el futuro.
El sector agropecuario y su incipiente industrialización junto al turismo son los dos pilares productivos de Santiago del Estero, de ahí que no estamos hablando de un perjuicio menor, puesto que afecta una de las pocas posibilidades de desarrollo que tiene una de las provincias más necesitada del país.
A confesión de partes?
En 1993, Tucumán y Santiago del Estero firmaron el Pacto Federal Ambiental, que las obligaba a reducir paulatinamente los niveles de contaminación de la cuenca Salí-Dulce. Sin embargo poco y nada se hizo para lograrlo, más allá de las buenas intenciones y declaraciones políticas.
En octubre de 2006 la Secretaría de Medio Ambiente de la Nación se comprometió a monitorear las acciones que las empresas tucumanas debían realizar para reducir la contaminación de la cuenca Salí-Dulce, ante el reclamo de Santiago del Estero, tanto en el plano institucional como en las protestas que se realizaban en Las Termas de Río Hondo.
A tal fin se reunieron en Buenos Aires, el gobernador de Tucumán, José Alperovich, el de Santiago del Estero, Gerardo Zamora y la secretaria de Medio Ambiente de la Nación, Romina Piccolotti.
En la reunión, la secretaria entregó a los gobernadores un estudio sobre elementos contaminantes encontrados en el embalse de Río Hondo, indicando que "sólo siete de las 90 empresas tucumanas se adhieren al Plan de Producción Limpia". Es decir que los residuos seguían siendo arrojados libremente.
En EL LIBERAL del 20/10/06 se pueden leer las declaraciones de Alperovich que marcan claramente su ineludible responsabilidad en el tema:
"Alperovich dijo que fue "perfecta" la reunión con Zamora y Piccolotti porque "se dio un paso importante en un tema que es clave", y reiteró el "compromiso" del Gobierno tucumano en sanear la cuenca Salí-Dulce a través del Plan Provincial de Producción Limpia, al que se adhiere una treintena de empresas. "Ningún gobernante puede decir que no es responsable. Nosotros estamos llevando adelante acciones para frenar la contaminación, pero el problema no se soluciona de un día para otro", explicó el mandatario tucumano."
"Alperovich consideró que los recientes cortes sobre la ruta nacional 9 "se utilizan políticamente, porque en esta cuestión no cabe hacer política sino ponerse a trabajar. Lo demás es verso para quedar bien con la gente", sentenció."
Han transcurrido prácticamente cuatro años y la contaminación avanza a punto tal que los especialistas hablan de que "se pueden perder generaciones completas de peces porque la mayor contaminación se producirá cuando estén poniendo huevos".
Cabe recordar que un estudio realizado por profesionales entre 1995 y 1997 reveló que "en mayo se empieza a notar una pequeña superficie contaminada en la desembocadura del Salí y en agosto puede avanzar a un 25% del lago, hasta octubre puede llegar a más de la mitad y más adelante puede alcanzar las tres cuartas partes del lago. La única zona que se salva de la contaminación es el paredón del dique y la margen derecha del embalse, en la zona de Los Cercos. El resto todo queda contaminado".
Peces mueren, Alperovich calla
Hoy Alperovich enmudeció ante la evidencia de los hechos. Así lo reflejó EL LIBERAL en estos días: "Si bien el secretario de Medio Ambiente de la vecina provincia, Ing. Alfredo Montalbán, dijo que tenía "precisas instrucciones del gobernador para poner fin a los derrames industriales hacia la cuenca Salí-Dulce", el primer mandatario de Tucumán, José Alperovich, prefiere guardar silencio sobre esta situación. EL LIBERAL intentó ayer comunicarse con el gobernador, pero sus voceros del área de Prensa dijeron que "de ese tema no hablará", y que todo debería "remitirse a Medio Ambiente."
Según un informe de la Dirección de Medio Ambiente de Tucumán, la mayor contaminación, aunque de menor impacto biológico, es producida por los sedimentos de erosión, que alcanzan 3 millones de toneladas por año. Los residuos industriales acumulan un volumen menor, unas 400 mil toneladas anuales, pero sus efectos contaminantes son más graves.
En ambos casos la responsabilidad de la inacción por disminuir la contaminación le cabe ineludiblemente al gobierno de Tucumán, puesto que es en su territorio donde se producen los delitos a cargo de empresarios y funcionarios inescrupulosos.
Da la impresión que el paso del tiempo nos conducirá a una muerte anunciada, porque quizás en unos 30 años el dique ya no existirá, según estiman los expertos, al estar totalmente colmatado y sin vida. ¿Los empresarios tucumanos habrán de construir otro en reparación? Santiago del Estero y Las Termas de Río Hondo no pueden resignarse a perder su principal centro de desarrollo turístico.
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