Esa tarea era seguida de cerca luego de que la petrolera anunció los resultados del pozo Sea Lion, perforado por la compañía en la misma cuenca en mayo, que arrojó un descubrimiento significativo de petróleo que le reportó a la empresa un alza de 500% en su cotización bursátil.
“El resultado de Ernest es decepcionante, pero el pozo siempre fue diseñado para investigar un tipo de geología totalmente diferente al de Sea Lion”, explicó el director gerente de Rockhopper, Sam Moody.
Ahora la compañía pasará a realizar pruebas adicionales en el descubrimiento de Sea Lion para planear una potencial campaña de evaluación, dijo Moody.
Ernest alcanzó su meta de profundidad de 2.240 metros y registros iniciales confirmaron que no se habían encontrado hidrocarburos.
No es el único fracaso británico en las aguas de Malvinas. En julio, Falkland Oil & Gas (FOGL), una de las compañías que había ganado licencias de exploración, informó que abandonó el pozo que estaba perforando debido a que no encontró petróleo ni gas en el lugar.
Un mes antes, Desire Petroleum anunció ante sus inversores de la Bolsa de Londres que tapó el pozo que había perforado, una noticia que fue seguida poco más tarde por un comunicado de Rockhopper, que informó que la cantidad de gas que había hallado en el área que le fue asignada no alcanzaba para que extraerlo fuera un negocio rentable.
Argos Resources, de bandera inglesa, también opera en la zona.
Disputa por soberanía
El petróleo de Malvinas es un foco de conflicto entre la Argentina y Gran Bretaña. La Argentina llevó adelante varias denuncias en organismos internacionales desde que el gobierno isleño anunció que de forma unilateral otorgaría licencias de exploración. La Casa Rosada implementó represalias para volver más cara la explotación, como impedir que los buques que lleven materiales a las Malvinas toquen puertos argentinos o naveguen por aguas jurisdiccionales argentinas. El ex canciller Jorge Taiana negoció con los países de América latina y el Caribe una condena a la ocupación británica.
Poco después de asumir su cargo, el canciller Héctor Timerman aseguró frente al Comité de Descolonización de la ONU que “no debemos soslayar ni minimizar el riesgo que desde el punto de vista ambiental supone para toda nuestra región esta aventura colonialista del Reino Unido en el Atlántico Sur, basada en la rapiña de los recursos naturales no renovables de nuestro continente, a miles de kilómetros de sus fronteras y de su propio hábitat, al amenazar con agotarse los recursos hidrocarburíferos del Mar del Norte”, sostuvo.
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