Más del 60 por ciento de la superficie de Tarija está afectada por la desertificación y más severamente el Valle Central, por su característica geológica, en tanto que en otras eco-regiones como la Puna y el Chaco, los procesos de degradación del suelo se incrementaron por el sobre-pastoreo y al avance de la frontera agrícola.
El coordinador departamental de la Liga de Defensa del Medio Ambiente (Lidema) en Tarija, Freddy Orellana, informó que la degradación de las tierras áridas, semiáridas y zonas subhúmedas secas, o desertificación, afecta el desarrollo de los cultivos, haciéndoles perder su capacidad de absorción de humedad, disponibilidad de nutrientes y materia orgánica.
“La desertificación se intensifica porque los suelos son utilizados por encima de su capacidad, debido a la falta de instrumentos de planificación del territorio como los Planes de Ordenamiento Territorial, Planes de uso del Suelo y su definición a escala local”, manifestó.
De acuerdo con datos del Programa Ejecutivo de Rehabilitación de Tierras de Tarija (PERTT) el 70 por ciento de las tierras de la Cuenca del Río Guadalquivir se encuentran afectados por un fuerte proceso de erosión.
ESCASEZ DE AGUA
Orellana dijo que otro problema que afecta a la región es la disminución de fuentes de agua dulce, sobre todo en zonas semiáridas del departamento que, hidrológicamente, está estructurado en tres cuencas: la del río Pilcomayo, la del río Bermejo y la endorreica de Tajzara.
El estudio de Zonificación Agroecológica y Socioeconómica del departamento de Tarija indica que el análisis de las aguas de estos ríos reporta niveles altos de elementos tóxicos que pueden causar vómitos, diarrea, afectar funciones psicomotoras y ser cancerígenos
Asimismo, un muestreo de agua y sedimentos de los ríos San Juan del Oro, Camblaya, Pilaya y Pilcomayo en las cercanías de la comunidad de Puerto Margarita, confirma la presencia de metales pesados como el manganeso, cadmio, plomo, zinc y cianuros, en niveles que rebasan los máximos permisibles de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y las normas vigentes para agua de riego.
LUCHA CONTRA LA DESERTIFICACIÓN
La ONU lanzó el lunes en Fortaleza (al noreste de Brasil) la Década de Lucha contra la Desertificación (2010-2020), un problema que avanza a marchas forzadas y amenaza la subsistencia de más de 1.000 millones de personas, el medio ambiente y el acceso a los alimentos.
“Nuestro objetivo en esta década es revertir la desertificación, para mitigar sus efectos en la pobreza y en la sostenibilidad del clima”, declaró el secretario ejecutivo de la Convención de la ONU Contra la Desertificación (UNCCD), Luc Gnacadja.
Las tierras secas y los desiertos son hoy el hogar de uno de cada tres habitantes en el mundo (2.100 millones de personas, el 90% en países en desarrollo) y 1.000 millones tienen su subsistencia amenazada por la desertificación. Esas tierras suman hoy más del 40% de la superficie del planeta, sustentan un tercio de las cosechas y 50% del ganado.
El fenómeno de la desertificación está altamente vinculado con el cambio climático que augura un acceso al agua cada vez menor, en un momento en que el mundo ya asiste a sequías e inundaciones cada vez más severas y prolongadas. “Con el escenario de cambio climático, cerca de la mitad de la población mundial estará viviendo en áreas de gran estrés de agua en 2030”, según la UNCCD.
Degradación afecta 81% de vegetación cruceña
El 81% de la vegetación del departamento de Santa Cruz se encuentra con distintos niveles de degradación, en sus diferentes paisajes”, según confirmó Rosario Pedraza Mérida, coordinadora departamental de Lidema, en un artículo de la Revista Hábitat.
Para Pedraza, “sólo un 12% de la vegetación del territorio que tiene el departamento de Santa Cruz se encuentra muy poco degradada o casi intacta, un 7% ha sido transformado en áreas para cultivos agrícolas y pasturas”.
En la región de la Amazonia, ubicada al Norte de Velasco y sudoeste de Ichilo, el 87% de la vegetación se encuentra altamente degradada o transformada.
Del mismo modo en la región de la Chiquitania que comprende las provincias Chiquitos, Velasco, Guarayos, Ñuflo de Chávez, Ángel Sandoval, Germán Busch, Andrés Ibáñez, Warnes, Sara e Ichilo, un 83,6% de la vegetación ha sido altamente degradada o transformada. Similar situación sucede al sudoeste de Guarayos, con el 67,3% de su vegetación, dijo Pedraza.
En las provincias Ángel Sandoval y Germán Busch, que conforman la región del Pantanal, se encuentra en la misma situación, puesto que un 76,1% de la vegetación está degradada.
Esta situación también se presenta, con el 38% del paisaje vegetal del Chaco, un 24% del paisaje regional Boliviano-Tucumano, que cubre los valles cruceños y un 24% del paisaje regional Yungas, que también están localizados en estos valles.
El departamento de Santa Cruz está conformado por llanura, valles y montañas; que a su vez se han establecido cuatro subregiones que son: Valles, Chacos, Chiquitania Central y Norte Integrado.
El estado ambiental del departamento, considerado el de mayor desarrollo industrial y económico del país, soporta una gran diversidad de problemas ambientales que el gobierno departamental y municipal deberán afrontar para que el problema no se agudice en los próximos años. |
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