Cuando promedia la época de seca son muchas las quejas y ruegos de lluvia para los cultivos, pero principalmente para muchas poblaciones y animales de todo tipo y razas.
Esta situación podría atenuarse sino fuera por la desidia, imprevisión o el desconocimiento que en la mayoría de los casos agravan la situación. En estos casos la culpa se reparte no sólo entre los gobiernos de turno, nacionales, provinciales o municipales -que deben mirar a corto y largo plazo- pero también inculpar a muchos productores que en época de lluvias no recordaron que históricamente los ciclos se repiten (cambio climático incluido).
Camiones y trenes aguateros recorriendo grandes distancias, tractores con tambores de agua, etc. son moneda corriente en buena parte del norte del país.
En estos meses de fines de invierno y principios de primavera, y antes que comience la temporada de lluvias, es indispensable preparar el área de captación y de influencia de los pozos, realizando pequeñas obras que permitirán aumentar o al menos mantener la escasa cantidad y calidad de agua de agua existente sin que se vuelvan aún más salinas.
Desmalezar los cuneteos o zanjones hacia la represa para que capte la mayor cantidad de agua posible, "raspar" si están secos el fondo de las mismas para acelerar la infiltración en esos lugares, arar sus alrededores con el mismo objetivo, alambrar la zona para no permitir que la hacienda con su pisoteo las impermeabilice, practicar "inyecciones" forzadas de agua dulce, etc.
Hace pocos días al realizar algunos estudios de agua al Norte de Quimilí (Santiago del Estero), hemos podido observar "in situ" esta falta de previsión en varios lugares.
Lo que más aflige es que hablando con la gente muchos lo sabían, pero no ponían ni gastaban esfuerzo en remediarlo.- Muchos de ellos suplicarán después -seca mediante- el auxilio gubernamental, que de llegar pagaremos todos con mayores impuestos.
Como anécdota podemos contar que al ser los pozos de agua de muy poco caudal, y a profundidades de 38 a 60 metros, se excavan galerías horizontales o túneles filtrantes de agua en el fondo del mismo siguiendo la "veta" de agua dulce.
Por supuesto que al no realizarse un estudio previo, encuentra muchas veces un frente salino de agua, malogrando entonces todo el esfuerzo humano y económico realizado.
El método de las galerías es tan antiguo que hace 4.700 años existían en Armenia y servían para la captación de aguas (los llamaban "Quanats"). La conquista de esas tierras por el Imperio Romano permitió difundir el sistema hacia el mundo por entonces desconocido. En muchos sitios, posteriormente Roma construyó los famosos acueductos que aún perduran distribuyendo el preciado líquido en diversos sitios.
Los pozos y galerías servían y sirven para acumularla durante las 24 horas, para luego extraerla mediante baldes (manualmente), caballos o mulas que subían grandes cubos, aunque actualmente se hace con molinos de viento y/o bombas extractoras.
En estas verdaderas "minas" de aguas el costo de manutención es mínimo comparado con el provecho que se le saca. Basta pensar cuantos miles de km/camión se ahorran para abastecer a veces 20.000 o 30.000 litros días a una distancia que a veces supera los 50 o 100 kilómetros.
Resumiendo: la negligencia y abandono de no prevenir en tiempo y forma lo que pasará es gravoso no sólo para los damnificados pero también para el medio ambiente y el conjunto de la sociedad.
(*) Icho Cruz (Córdoba).
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