Según el Gobierno de Pakistán, unos 20 millones de personas sufren las destructivas consecuencias de las inundaciones. Una de las regiones más afectadas es la provincia de Khyber-Pakhtunkhwa, en la zona noroccidental del país, donde varios millones de habitantes, en su vasta mayoría niños, niñas y mujeres, sufren los efectos de la crecida de las aguas.
El desastre natural dejó sentir sus destructivos efectos en los 24 distritos de la provincia. En nueve de ellos, entre los que figura el de Charsaddah, los daños han sido graves. La inundación cubrió centenares de aldeas y destruyó un gran número de viviendas y escuelas.
Estado de choque
En toda la zona inundada se han producido derrumbes de puentes y muchos caminos han quedado inutilizados, lo que dificulta las labores de socorro y hace imposible llegar por tierra a varios de los distritos más afectados. Las autoridades convirtieron en refugio provisional la escuela secundaria estatal de Charsaddah, donde ahora se albergan más de 500 familias desplazadas por las inundaciones.
"Nunca en mi vida había visto tanta destrucción", afirma Fazal Muhammad, que dirige un grupo de Boy Scouts (jóvenes exploradores) en el distrito de Charsaddah. "Estamos en un estado de choque. Todos hemos perdido todo lo que teníamos".
Muhammad afirma que pese a que ha perdido su hogar y a que su familia se aloja en casa de parientes en otro distrito, él decidió quedarse en su destrozado vecindario. "No puedo abandonar a mi gente", explica. "Necesitan ayuda con desesperación".
El objetivo prioritario de UNICEF consiste en suministrar alimentos, agua potable y saneamiento ambiental a los damnificados, además de prestar servicios de atención de la salud y de vacunación contra la poliomielitis y el sarampión para prevenir brotes de esas enfermedades.
"En el campamento ya contamos con equipos sanitarios móviles", agrega Muhammad, refiriéndose al albergue provisional en la escuela secundaria. A través de altavoces, los integrantes de su patrulla de jóvenes exploradores alertan a las madres del asentamiento que vayan con sus hijos al puesto sanitario para hacerse exámenes médicos y recibir las vacunas que necesiten.
Pérdidas devastadoras
Nusrat vivía en la aldea de Khandar, que resultó completamente destruida por las inundaciones. Su hermana le trajo al campamento para que se hiciera un examen médico, ya que la mujer está embarazada de tres meses y tiene problemas de salud física y mental.
"Nusrat está profundamente conmocionada y gravemente traumatizada", explica el Dr. Lubna Hassa, un ginecólogo que integra el equipo sanitario móvil que visita el campamento. "La mujer ha perdido su marido y dos hijos por las inundaciones".
"Cuando nos dimos cuenta, la casa estaba cubierta por el agua", recuerda Nusrat. "Mi marido y yo llevamos a nuestros dos hijos más pequeños hasta un sitio cercano, donde varios autobuses esperaban para evacuar a la población a terrenos más elevados. Mi marido me dijo que los tres nos fuéramos de inmediato en un autobús, mientras él regresaba a buscar a mis dos hijos mayores".
Eso sucedió hace casi dos semanas, y desde entonces no los ha vuelto a ver, y teme lo peor.
Amina, que proviene de una aldea cercana, tiene 19 años y está embarazada de cuatro meses. Desde que se refugió en la escuela con su familia, su hijo Tauseef está enfermo de diarrea. Amina lo llevó al puesto sanitario para que recibiera tratamiento.
"El personal médico del campamento aconseja a todas las mujeres que cuiden muy bien a su familia, en especial a los niños", señala Amina.
La ampliación de los servicios
Según el Dr. Fazale Akbar, oficial sanitario del distrito de Charsaddah, un 80% de la localidad sufre las consecuencias de las inundaciones. "Las necesidades sanitarias son inmensas", afirma, "y necesitamos ayuda de la comunidad internacional".
Con apoyo de diversas organizaciones humanitarias como UNICEF, el departamento de salud pública de la provincia ha enviado equipos sanitarios móviles a las zonas más afectadas para que presten servicios de nutrición y atención de la salud que, en muchos casos, salvan las vidas de las personas más vulnerables. En las zonas más afectadas por el desastre natural el número de casos de enfermedades transmitidas por el agua está en aumento.
Los equipos sanitarios móviles, que consisten en doctores, agentes sanitarios y vacunadores, llevan a cabo diversos exámenes médicos, incluidos los de atención prenatal y postnatal; distribuyen medicamentos esenciales y vacunan a la población. Asimismo, los integrantes de los equipos difunden mensajes sobre la salud, la nutrición y la higiene, además de informar a los damnificados acerca de la prevención de las enfermedades transmitidas por el agua.
UNICEF también ha comenzado a distribuir galletas de alto contenido energético, complejos de micronutrientes y otros alimentos terapéuticos para la prevención de la desnutrición de los niños, niñas y mujeres vulnerables.
A pesar de esos esfuerzos, persiste la necesidad urgente de ampliar los servicios sanitarios, ya que hay miles de familias que los necesitan con urgencia. Lamentablemente, las labores de socorro también se ven afectadas por la escasez de suministros.
Se calcula que unos seis millones de personas que se han visto "gravemente afectadas" por el desastre natural en Pakistán continuarán requiriendo ayuda humanitaria durante varias semanas.
|
|
|