Organizaciones ambientalistas en México denunciaron hoy que construcciones para el turismo ponen en riesgo la preservación del Parque Nacional Marino de Cabo Pulmo, en Baja California Sur.
Wildcoast, Centro Mexicano de Derecho Ambiental, Amigos para la Conservación de Cabo Pulmo y Greenpeace solicitaron a la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (SEMARNAT) la revocación definitiva del autorizo.
El proyecto de Cabo Cortés es depredador y no debe ser aprobado porque pone en riesgo el arrecife de Cabo Pulmo, de gran importancia internacional, considerado por la UNESCO como Patrimonio Natural de la Humanidad.
HANSA Urbana obtuvo en 2008 el permiso de SEMARNAT para iniciar la construcción del mega-complejo turístico de Cabo Cortés, previsto en el municipio de Los Cabos, Baja California Sur.
La ejecución cubriría un área superior a tres mil 800 hectáreas, con vistas a instalar una marina de 490 amarres, dos campos de golf, 30 mil habitaciones turísticas y cinco mil viviendas para los trabajadores.
Este desarrollo urbanístico colinda con Cabo Pulmo, un Parque Marino Nacional que es parte de la lista del Patrimonio Natural de la Humanidad por la UNESCO, y que en 2008 fue incluido en la lista del Convenio RAMSAR para la protección de humedales de importancia internacional.
Dos años después y ante recursos legales de organizaciones defensoras del medio ambiente, SEMARNAT decidió que la autorización no debió otorgarse, recuerda el reporte difundido este lunes.
Para el coordinador de la campaña de océanos y costas de Greenpeace México, Alejandro Olivera, resulta insuficiente el reconocimiento de los errores y la decisión de exigir cambios en las obras, resulta imprescindible suspender el plan en su conjunto.
En julio de 2009, la Comisión Nacional de Áreas Protegidas (CONANP) emitió una opinión negativa sobre el informe de impacto ambiental presentado por HANSA, y también la Dirección General de Política Ambiental e Integración Regional y Sectorial de SEMARNAT fundamentó la inviabilidad legal del proyecto.
De acuerdo con el reporte, HANSA, empresa de origen español y promotora del proyecto, tiene antecedentes de investigaciones por irregularidades en construcciones ejecutadas en su país.
No es tolerable que las compañías del sector inmobiliario y turístico español pretendan reproducir el desastre en otros países, dijo la representante de Greenpeace España, Mabel Bustelo.
El estudio sobre el impacto ambiental presenta numerosas deficiencias, basado en información falsa o errónea, opinó la vocera de Wilcoast, Fay Crevoshay.
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