El Manual de Actividades para el Aula “Santa Fe y las inundaciones. Hacia una gestión de riesgos” incorpora propuestas pedagógicas para introducir a los escolares en esta temática sensible para la ciudad de Santa Fe, que padeció dos inundaciones esta década. El material -que fue editado por varias instituciones y distribuido a unas 40 escuelas de la ciudad- recopila información teórica sobre las cuencas hidrográficas de la ciudad, los términos “amenaza”, “vulnerabilidad”, “prevención y mitigación de riesgos”; y propone variadas dinámicas, ejercicios e ideas disparadoras para llevar al aula.
La publicación fue elaborada a partir de la realización de un curso de capacitación para docentes y referentes de cuatro barrios santafesinos, en el marco de un convenio entre la Municipalidad, el Comité Internacional para el Desarrollo de los Pueblos (Cisp) y la Asociación Civil Canoa. El dictado del curso en 2008 estuvo a cargo de docentes de la Facultad de Ingeniería y Ciencias Hídricas (Fich) de la Universidad Nacional del Litoral.
“La escuela es un ámbito donde los conocimientos que se plantan, florecen. Por eso, que se lleven al aula estos temas, hace que desde temprana edad se empiece a incorporar una visión que, en materia de desastre, busca darle más valor a la prevención que a la respuesta”, aportó Silvia Wolansky, coordinadora del equipo de profesores de la Fich que dictó la capacitación.
Quizá el desafío más importante sea introducir en los grados inferiores el concepto de “gestión de riesgo”, que alude a generar estrategias que permitan actuar sobre las amenazas e intervenir para reducir al mínimo posible las condiciones de vulnerabilidad. “Todavía en la ciudad de Santa Fe hay un total desconocimiento sobre qué es esto de la gestión de riesgo, y cómo abordarlo en clases”, admitió Carolina Serasuolo, maestra de 4to grado de la escuela 809 Estanislao López, ubicada en Estrada 2290, de Santa Rosa de Lima.
A la currícula
Serasuolo -que fue una de las maestras que se capacitó en 2008 sobre gestión de riesgo- opinó que “sería interesante incorporar a la currícula escolar contenidos tales como la inundación, causas, consecuencias, factores estructurales, no estructurales. El tema no debería quedar en un curso y un manual, sino que tendría que agregarse a los contenidos formales”.
Destacó que la instancia de capacitación a docentes permitió trabajar en red. “Eso es fundamental porque si la Municipalidad no nos tira una red como ésta y nosotros no la tomamos es muy difícil trabajar sobre un tema tan sensible en soledad”, destacó.
En ese sentido, la maestra mencionó la importancia de comenzar “a mirar con los alumnos lo que antes no veíamos”. Por eso, el año pasado llevó a los chicos a un recorrido por el barrio y les preguntó qué veían que abundaba en ese sector de la ciudad. La respuesta fue inmediata: “el agua en las calles”.
A partir de ese disparador, introdujo a los escolares en el concepto de vulnerabilidad y repasó con ellos el plan de contingencia del barrio, que es una guía sobre cómo actuar ante un eventual anegamiento importante. También para el 13 de octubre, Día Internacional para la Prevención de los Desastres Naturales, preparó con una colega un power point que fue presentado en dos escuelas.
Los chicos tienen necesidad de saber
“Si vivimos en una ciudad como Santa Fe, rodeada de ríos, es imposible como sociedad y como escuela desconocer cuál es la problemática que tenemos”, opinó Serasuolo, que hizo su aporte didáctico al manual. Varias de las actividades propuestas en el material fueron producidas por las propias docentes.
“Los alumnos, por más chicos que sean, realmente tienen interés y necesidad de saber. Más en Santa Rosa de Lima, que fue uno de los barrios más afectados por la inundación de 2003 por río, y de 2007 por lluvia”, consideró.
“Durante los dos primeros años después de la inundación, las familias afectadas querían negar todo tipo de relación con el tema”, advirtió la maestra en base al diálogo con los alumnos. Después, empezó a notar en ellos una apertura a querer escuchar -al menos- qué fue lo que pasó.
“Esta teoría de la gestión de riesgos, que es lo nuevo que la ciudad de Santa Fe intenta abordar con respecto a las inundaciones, tiene que ver con un aspecto más amplio del que se daba antiguamente. Se intenta explicar por qué nos inundamos en Santa Fe: si por causas estructurales solamente o porque también hay un factor humano. Este cambio de mirada es fundamental”, destacó.
Actividades
El manual puede ser utilizado por docentes de diversas áreas curriculares, tales como educación física, formación ética y ciudadana, humanidades, lenguajes artísticos y comunicacionales, lengua y literatura, matemática, ciencias naturales, ciencias sociales y tecnología. Las actividades son variadas, flexibles y permiten la adaptación a diversas disciplinas. Se pueden encontrar crucigramas, una obra de títeres con los personajes Juana Aidemí y Recu Pera, dibu-debates, trabajos con informaciones de diarios, con planos de la ciudad, entre muchas otras.
Para solicitar el material
* Tel. 4508186, Dirección de Gestión de Riesgo municipal
* Tel. 4524926, Cel. 155-151973, Asociación Civil Canoa
OPINIÓN / El enfoque de gestión de riesgo. Por Silvia Wolansky (Docente Fich-UNL)
El enfoque que hace 30 años primaba en materia de desastres era que había que estar preparados para atender la contingencia, para saber responder eficientemente en el momento en que el desastre se producía. Es decir, hay un fenómeno externo que acontece, produciendo un impacto más o menos grande en una comunidad, y la visión que prevalecía era que “nos pasó porque nos tenía que pasar”, porque “era inevitable”.
Pero, en realidad, pocos se preguntaban acerca de las causas de esos desastres. Acerca de que ese impacto es producto de determinadas condiciones no solo físicas, sino económicas, sociales, culturales, educativas que existen en esa comunidad, y -por las cuales- los desastres son de tal magnitud.
El enfoque de gestión de riesgos implica o promueve atender esas cuestiones para tratar de reducir el riesgo entendido como la combinación de la amenaza con la vulnerabilidad. Y reducir el riesgo, significa reducir el impacto.
Si nosotros para la misma situación amenazante como podría ser la crecida de un río hemos tomado algunas medidas de prevención o nos hemos preparado para afrontarla, seguramente el riesgo va a ser mucho menor.
Nosotros creemos que los niños son maestros de los padres en algunas cuestiones como la educación ambiental. Y que cuanto más tempranamente uno pueda hacerles tomar conciencia, ellos mismos derramarán esas concepciones sobre sus padres.
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