Tres días antes del vencimiento del plazo dispuesto por los presidentes para poner en marcha el monitoreo conjunto del río Uruguay, el canciller Héctor Timerman no designó aún a los dos científicos que deben integrar el comité binacional que se encargará de la ejecución del plan ambiental en el curso de agua compartido.
El jefe de la diplomacia todavía no definió los nombres de los dos hombres de ciencia que tendrán la misión de llevar adelante con la contraparte uruguaya el trabajo de vigilancia ordenado por el Tribunal Internacional de La Haya.
Ese plan de vigilancia fue acordado por los presidentes Cristina Kirchner y José Mujica el 28 de julio último, y de acuerdo con lo establecido, ponía un plazo de un mes para el comienzo de los trabajos del comité científico.
Los nombres en estudio de los científicos se manejan con total hermetismo, puesto que constituyen uno de los puntos de conflicto con los asambleístas de Gualeguaychú, que no quedaron satisfechos con el entendimiento alcanzado entre Kirchner y Mujica.
Los ambientalistas pretendían originalmente que se los consulte respecto de las dos designaciones que, en representación del país, supervisarán el muestreo en el interior de la planta de UPM (ex Botnia).
De acuerdo con el plan suscripto por los presidentes, el control en la pastera será concretado por la Dirección Nacional de Medio Ambiente (Dinama) uruguaya, al igual que los demás muestreos que sean necesarios en el lado uruguayo del río. La contraparte argentina podrá "acompañar" y luego evaluar la información relevada en el ámbito de la CARU.
De allí el malestar de los ambientalistas, y el sigilo del Gobierno en la selección y el manejo de estos hombres de ciencia. Ayer en la Cancillería reiteraron a LA NACION el argumento esgrimido públicamente por Timerman: aunque se esté sobre la fecha, el plazo aún no ha vencido formalmente.
El comité científico funcionará en el interior de la Comisión Administradora del Río Uruguay (CARU) y debe estar integrado por dos científicos uruguayos y dos científicos argentinos a elección de cada país.
De acuerdo con el documento binacional, su función será la de monitorear el río Uruguay y todos los establecimientos industriales, agrícolas y centros urbanos que vuelcan sus efluentes al río Uruguay y sus áreas de influencia.
Para el plan de vigilancia, se tomarán muestras por duplicado, una de las cuales será entregada en el acto al comité científico. El número máximo de ingresos de control en cada establecimiento a monitorear será de hasta 12 veces por año. La información que se obtenga será pública. El plan comenzará con la planta de Botnia-UPM y la desembocadura del río Gualeguaychú en el río Uruguay. Luego seguirá en la Argentina.
GUALEGUAYCHU DECIDE SI VUELVE A LA RUTA
La Asamblea Ambiental de Gualeguaychú resolverá hoy, en una reunión abierta, si vuelve a cortar el paso hacia Uruguay por la ruta internacional 136, en rechazo al funcionamiento de la pastera UPM (ex Botnia). El encuentro comenzará a las 20.30, en el Club Frigorífico de Gualeguaychú, seis días después de que concluyera la tregua de dos meses iniciada para favorecer una negociación entre los gobiernos de la Argentina y Uruguay en torno al monitoreo conjunto del río fronterizo. No se descarta que se decidan cortes intermitentes en la ruta.
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