Especialistas del Ministerio de Producción de Río Negro y del Departamento Provincial de Aguas, junto a expertos en Ciencias Geológicas de Buenos Aires y de La Plata, coincidieron en ratificar los problemas que hay para conseguir agua de consumo humano y animal en una amplia área de la Línea Sur, pero también las posibilidades para desarrollar información y decidir el sistema de búsqueda y manejo del vital elemento.
Ayer, en Viedma, cuatro especialistas detallaron distintos aspectos de la segunda etapa de un estudio hidrogeológico que se realizó durante nueve meses en cuatro Departamentos de la provincia de Río Negro (Valcheta, El Cuy, 25 de Mayo y 9 de Julio), que suman 43.000 kilómetros cuadrados.
En un tramo de la conferencia de prensa que brindaron (algunos detalles fueron ayer difundidos por ADN), Aldo Sisul (Departamento Provincial de Aguas) detalló que el área de estudio abarcó desde Valcheta-Aguada Cecilio hasta Mencué, en sentido Este-Oeste, y la parte Norte de los Departamentos 9 de Julio, 25 de Mayo, El Cuy y parte de Pilcaniyeu.
“Es una área que tiene cierta complejidad desde el punto de vista para obtener agua y por eso pensamos desarrollar el trabajo considerando todas las variantes que se pueden presentar, atento a que el recurso se presenta como limitante a determinado desarrollo”, dijo Sisul.
Observó que “poder tener una aguada mejor ubicada en un campo cambia mucho la ecuación económica de los pobladores. Por eso, estamos tratando de desarrollar una importante información básica para decidir cuales son los mejores sistemas de búsqueda y manejo de agua”.
“Como dijo Auge, en toda el área el recurso agua es escaso”, remarcó Sisul.
Por su parte, el doctor en Ciencias Geológicas de la Universidad de Buenos Aires, Miguel Auge, mencionó que el área de estudio “es una zona que tiene condiciones de clima semiárido y (en algunos casos) árido y por eso es complicada la identificación de los acuíferos o reservas de aguas subterráneas. Por eso, son muy escasos o nulos los cursos de aguas superficiales”.
“Salvo afloramientos de manantiales o cursos que se forman cuando llueven, prácticamente el recurso de agua disponible es subterránea y su identificación o caracterización es bastante complicada y por eso se están haciendo estos estudios”, aclaró.
Refirió que “hemos recorrido la región y realmente hay lugares donde la gente necesita imperiosamente disponer de agua. Algunos pobladores tienen que hacer 40 kilómetros para traer agua y poder cocinar o hacer otra cosa. No tienen agua”.
Después, Sisul dijo que “la provincia hizo mucha experiencia en el tema de aguas subterráneas cuando funcionaba el Instituto Tecnológico de Minería y Aguas Subterráneos (ITMAS) Los Álamos, en San Antonio Oeste, que dependía de la Dirección de Minería. Hubo muchos equipos de perforación y entre los años 1960 y 1992 se registraron más de 1.200 pozos, que suman un total de 70.000 metros de perforaciones en todo el territorio provincial”.
Agregó: “Justamente, la zona de los Departamentos de Valcheta, 9 de Julio, 25 de Mayo, Pilcaniyeu y El Cuy eran las zonas donde había problemas para perforar y donde la relación entre pozo perforado y pozo habilitado era del orden del 40 por ciento, por lo que más de la mitad de los que se perforaban no quedaban entubados porque se llegaba a la roca dura y los equipos no teñían capacidad para trabajar en ese medio o porque en algunos lugares los sedimentos contienen agua de elevada salinidad, que ni siquiera sirve para el abastecimiento ganadero”.
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