Finalmente, luego de una década en la que los desagües de la cuenca de calle Zelarrayán parecieron condenados al olvido, hoy, en la esquina de las calles Mitre y Mallea, se iniciarán las obras de la segunda etapa.
El acto será presidido por el intendente municipal Cristian Breitenstein, quien estará acompañado por la directora nacional de Proyectos y Obras Hídricas, ingeniera Ciris Josch.
"La obra está financiada por el gobierno nacional y prevé la inversión de 12 millones de pesos. Los trabajos permitirán sanear un sector de la ciudad de aproximadamente 400 hectáreas", dijo Breitenstein.
La zona beneficiada está delimitada por el Camino de Cintura y las calles Zelarrayán, Peñaloza, Alvear, José Hernández y avenida Alem.
Las obras están a cargo de la empresa Construcciones Málaga SA. y una vez realizadas, cumplirán el cometido asignado en una área donde numerosas barriadas sufren anegamientos, tras cada lluvia.
Aunque se trata de una iniciativa que, en su momento, fue anunciada y comprometida por las autoridades bonaerenses, en la práctica, las consecuencias de su ausencia hacen que los reclamos se dirijan hacia el municipio; en rigor, la cara más visible y próxima del poder público.
Incluso, durante gran parte de la administración de Jaime Linares, cuando todavía se insistía en la necesidad de encarar esta obra, los funcionarios comunales aludían reiteradamente a su no realización para justificar los atrasos en la ejecución de trabajos de pavimentación en ese sector de la ciudad.
La primera etapa de los desagües pluviales finalizó en agosto de 1999, habiéndose ejecutado un conducto de hormigón armado de sección rectangular de 3,20 metros de base y 1,50 metros de altura, por 730 metros de longitud.
La estructura se inició en la intersección de las calles Mallea y Mitre, para continuar por esta última arteria hasta Cuyo y, tras atravesar diagonalmente el Camino de Cintura, desembocar en el canal Maldonado. Luego de esta etapa, el proyecto contemplaba otras tres.
Razones de la inversión. Hoy, al igual que una década atrás, cada nueva precipitación pone de manifiesto serios problemas de anegamiento en calles de los barrios Latino, Irupé, Richieri, Mara, Aerotalleres y Cáritas, entre otros.
Los inconvenientes padecidos por estos sectores bajos se originan, en gran medida, por la sumatoria del agua que aportan las lluvias en ese área de poca pendiente, más la que escurre desde zonas altas, como Villa Belgrano y Villa Floresta, hacia la calle Don Bosco.
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