CON LA próxima conclusión de trabajos que insumieron un presupuesto del orden de los 13 millones de pesos, un amplio sector de Bahía Blanca podrá disponer de un mejor servicio de agua corriente. Justamente, en tiempos apremiantes en la materia, dado que las limitaciones generadas por la sequía de los últimos años en el complejo Paso de las Piedras abrieron un interrogante acerca de lo que sucederá en el verano próximo. Los propios funcionarios han admitido que será una temporada con ciertas complicaciones, dado que no se dispondrá de los caudales apropiados para satisfacer tanto la demanda de los usuarios particulares como de los sectores industriales. No resulta novedoso que se augure una época estival con apremios, atento a la incidencia de las escasas precipitaciones en la cuenca del Sauce Grande, situación que se pretende conjurar con la perforación de pozos en la zona del bajo San José, próxima a Cabildo.
MIENTRAS tanto, cabe celebrar la próxima conclusión de las obras de referencia, que, sobre todo, favorecerán a una parte del microcentro y a la zona norte, como los barrios Napostá y Universitario, donde, desde hace varios años, se vienen registrando situaciones distantes de la normalidad, atento a la profusión de edificios de varios pisos y a una demanda que, por lo tanto, ha ido en continuo crecimiento. Los nuevos acueductos, construidos con fondos provenientes del Ente Nacional de Obras Hídricas y de Saneamiento, significarán un quiebre en el abastecimiento, que venía siendo afectado de manera ostensible por límites a los cuales contribuyeron cañerías con un siglo de antigüedad, pues fueron instaladas cuando la habilitación del servicio y nunca habían sido sustituidas.
ES INCUESTIONABLE que la ciudad soportaba un preocupante déficit en materia de reestructuración del sistema de abastecimiento de agua corriente, así como en lo concerniente a las obras sanitarias. Debe reconocerse, a la vez, que últimamente se han llevado a cabo emprendimientos encaminados a revertir el proceso, indispensable para responder a un evidente crecimiento demográfico. Tal el caso de los acueductos principales de las calles Brandsen y Corrientes, con las debidas ramificaciones hacia los sectores establecidos; el avance de las tareas es considerable, de manera que dentro de pocas semanas se verán sus efectos, con el consiguiente beneplácito de los frentistas, cuyos reclamos se habían hecho públicos con frecuencia, dadas las restricciones a que aún se ven sometidos.
ASI LAS cosas, la mayor expectativa queda radicada ahora en torno de lo que sucederá en el verano 2010/11 y su impacto en los usuarios de Punta Alta y Bahía Blanca, esperanzados (con motivos) en que las dificultades no sean extremas. Entretanto, las autoridades depositan su confianza en los planes para ejecutar el acueducto desde el río Colorado, objetivo alrededor del cual todavía se escuchan voces disidentes. Lo cierto es que ambas ciudades precisan, sin mayores dilaciones, iniciar una nueva etapa en la disponibilidad de un servicio esencial para la calidad de vida de sus habitantes.
Es valioso el refuerzo que significan las obras a punto de concluir para mejorar el suministro de agua a un amplio sector urbano.
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