El presidente de la Sociedad de Propósito Específico del Consorcio Norte Energía, Carlos Nascimento, garantizó hoy el pago de todas las compensaciones por la construcción de la hidroeléctrica Belo Monte, en Brasil.
Durante la firma del decreto presidencial para la concesión a ese consorcio de la construcción de la mencionada planta, Nascimento sostuvo que "la población y las comunidades puede confiar en las palabras y acciones de Norte Energía para evitar impactos".
Agregó que nadie dejará de ser oído ni de participar en el proceso de selección de las formas de indemnización, tanto ambientales como a las comunidades locales, por los daños que pueda ocasionar la edificación de esa hidroeléctrica en el Río Xingu, en el estado de Pará, la segunda mayor del país, después de la de Itaipú.
De acuerdo con Nascimento, nunca antes un proyecto fue tan estudiado como el de la hidroeléctrica de Belo Monte y precisó que los posibles impactos de la obra fueron tema de tesis sobre los reflejos físicos, bióticos y socioeconómicos.
El presidente de la Sociedad de Propósito sostuvo que la construcción de la hidroeléctrica dará empleo directo a 18 mil personas, indirectos a otras 23 mil y beneficará a un total de 54 mil habitantes de la región. En ceremonia efectuada en el recién estrenado Palacio de Planalto (estuvo casi 18 meses en una reparación general y reabrió sus puertas la víspera), el presidente Luiz Inácio Lula da Silva firmó el decreto de concesión a esa Sociedad de la edificación de Belo Monte, proyecto rechazado por etnias locales y ambientalistas.
Precisamente coincidiendo con la rubrica de ese decreto, 56 entidades científicas, líderes indígenas, religiosos y sociales contrarios a esa obra divulgaron una nota de prensa en la que califican de "sentencia de muerte de Xingu" la construcción de esa hidroeléctrica.
El proyecto de Belo Monte tiene más de 30 años, pero fue abandonado en la década de 1990 debido a la presiones nacionales e internacionales de ambientalistas y pobladores locales.
Sin embargo, el Gobierno del presidente Lula retomó ese proyecto, al exaltar la necesidad de esa obra para garantizar la energía que requiere el desarrollo futuro de Brasil y mencionan los numerosos estudios e investigaciones realizados para provocar el menor daño posible con su construcción y funcionamiento.
La capacidad planeada para Belo Monte es de 11 mil megavatios, por lo que será la segunda mayor del país, detrás de Itaipú (14 mil megavatios) y la tercera del mundo, pues la china de Tres Gargantas ocupa el primer lugar, con 22 mil 500 megavatios de potencia.
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