Puntualmente a las 10 de ayer se reunieron ocho concejales con integrantes de la Cooperativa para tratar el tema del agua potable que siempre es tan problemático en la ciudad de Clorinda. Esta reunión encabezada por la vicepresidente, Licenciada Angélica García, se realizó merced a pedido de un proyecto ciudadano ingresado al HCD por el señor Héctor Cáceres.
Abrió la reunión la licenciada García dando la bienvenida a los integrantes de la Cooperativa, presidida por el señor Porfirio Aranda, preguntándoles cuál sería la situación del servicio del agua potable que tendremos en verano "o que no tendremos".
Tomó la palabra Aranda y dijo que la Cooperativa había realizado grandes inversiones para mejorar el servicio del agua potable "inversiones de seis ceros" y que para brindar un buen servicio se necesitaría una inversión de pesos 17.000.000 y que en el caso de que el Gobierno de la Provincia aportara ese dinero la obra llevaría casi tres años finalizarla.
También dijo que la Cooperativa no está dispuesta a continuar con la concesión del servicio del agua potable y que le pide al Gobierno que se haga cargo del servicio, dijo también Aranda que este servicio es un mal negocio para la Cooperativa y lo insólito de su declaración es que dijo que "la Cooperativa se había hecho cargo por expreso pedido del Gobernador Insfrán y que el gobierno de Gildo Insfrán le debe los subsidios desde el año 2007’’.

Fundamentos
Estos fueron los principales fundamentos que plantearon para dejar de prestar el servicio de agua, creemos que es lo más correcto ya que no se puede seguir soportando este pésimo servicio que nos brinda la Cooperativa y que de algún modo tendrán que darle explicaciones a los asociados del porqué el propio asociado debe abonar su factura, tener un mal servicio y además pagar el subsidio a terceros.
El agua según las Naciones Unidas es un derecho humano, máximo en nuestra ciudad con temperaturas extremas, ergo el Gobierno tiene que velar para que los ciudadanos tengamos buena calidad de agua los 365 días del año. Por Ricardo Romano