A decir de Robert Clark Lantz, investigador de la Universidad de Arizona y quien imparte actualmente una cátedra a los alumnos de maestría de la Facultad de Medicina de Torreón, la contaminación de arsénico en el agua sí está relacionada con tres tipos de cáncer: de pulmón, piel y vejiga.
El especialista aceptó como correcta la técnica de mezclar cantidades de agua de diferentes niveles del mineral para lograr el rango aceptable para consumo humano.
Ayer también inició en la Facultad de Medicina de Torreón las primeras cátedras de la recién creada Maestría de Salud Laboral y Ambiental, que en esta ocasión estará cursada únicamente por doctores, integrantes de la empresa Met-Mex Peñoles.
Javier Morán Martínez, subjefe de la División de Estudios de Postgrado e Investigación de la UAC, manifestó que se trata de 22 médicos que laboran en la metalúrgica y que vienen de diferentes partes del país con la finalidad de especializarse en la prevención de enfermedades relacionadas con la contaminación ambiental y accidentes de trabajo.
Por su parte Clark Lantz resaltó que el consumo prolongado de agua rica en arsénico es peligroso para la salud, sin embargo negó que exista alguna relación con afectaciones en la carga genética o DNA.
Detalló que en poblaciones, que ingieren agua potable contaminada por este elemento se han observado patologías de la piel, pulmonares, neurológicas o vasculares, además de varios tipos de cáncer, añadió que en Arizona ya se realizan combinaciones de agua para lograr el nivel optimo para consumo.
Advirtió que el problema es mayor de lo que se pensaba, ya que la contaminación acuática por arsénico afecta a 137 millones de personas en más de 70 países.
La presencia de arsénico en el vital líquido es un problema sanitario importante pero sus consecuencias se multiplican en las zonas de actividad agrícola y ganadera. El tóxico, presente en la naturaleza se incorpora en la cadena alimenticia a través de plantas y animales lo que amplía su efecto nocivo.
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