Las bajas temperaturas de las aguas de los ríos de la Plata, Uruguay y Negro durante los meses de julio y agosto fueron las causantes de la muerte de miles de peces que habitan en esos cursos fluviales, revela un informe hecho público hoy por el Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca uruguayo.
Tras recibir varios denuncias de episodios de mortandad de peces en diferentes ríos uruguayos, el ministerio envió muestras de estos animales y de las aguas al Instituto de Investigaciones Pesqueras de Uruguay y al Laboratorio de Residuos de Plaguicidas.
Uno de los ríos afectados es el Uruguay, situado en la frontera con Argentina, que un grupo de ecologistas de ese país asegura que está siendo contaminado por la instalación de una planta de celulosa en el lado uruguayo.
Los análisis realizados a las muestras, procedentes también de la parte superior del Río de la Plata y del Río Negro y alguno de sus afluentes, revelaron que las muertes de los peces estuvieron "relacionadas con las bajas temperaturas del agua reinantes en ese periodo", afirma el comunicado publicado por el ministerio.
Según los registros de temperatura captados por los sensores de la Comisión Administradora del Río Uruguay (CARU), durante el presente invierno se han llegado a registrar valores mínimos de cinco y seis grados, destaca el informe técnico.
La temperatura del agua influye directamente en múltiples procesos metabólicos de los peces, asegura el estudio, que apunta que por lo general el sistema inmunitario de las especies presentes en los ríos uruguayos necesita una temperatura que ronde los 15 y 20 grados.
El informe advierte que en caso de repetirse las bajas temperaturas y la misma situación térmica en las aguas, se pueden reiterar episodios de muerte masiva de los peces.
Además, el ministerio recomendó no comer los peces hallados muertos por razones sanitarias, aunque asegura que no hay motivos para evitar el consumo de peces de río capturados vivos y sin signos de deterioro.
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