Un estudio presentado este fin de semana en el Encuentro Nacional de Médicos de Pueblos Fumigados realizado en Córdoba, puso al descubierto la necesidad de actualizar la legislación que regula el control de la calidad del agua que se consume en el territorio santafesino. La ley 11.220 data del año 94 y no prevee medir muchos de los plaguicidas que se utilizan en el país, mientras algunos de los que se miden están muy por encima de los valores aconsejados por la Organización Mundial de la Salud en el año 2006, es decir doce años después que fuera aprobada la norma en Santa Fe. Tal es el caso del 2 4 D en cuyo caso la OMS preve un límite de 30 ug/l. y la norma provincial eleva hasta 100 ug/l. "El 2 4 D es un poderoso herbicida que se está usando junto al glifosato que está teniendo resistencia a algunas malezas, y que tiene un uso restringido en muchos países, por su toxicidad", explica Eduardo Rossi, autor junto al médico Hugo Figueroa del estudio en cuestión.
El trabajo "Evaluación de los plaguicidas organoclorados en agua potable de la ciudad de Rosario", fue presentado por Rossi miembro ad honorem de la Comisión de Medio Ambiente y Ecología del Concejo Municipal, en el encuentro cordobés de médicos especializados en efectos de las fumigaciones. Según Rossi el último años la propia ASSA tomó nota del trabajo universitario y lo incluyó en un expediente para impulsar el aggiornamiento legislativo.
En sus tramos más importantes el estudio señala que "la relación entre la sociedad humana y la naturaleza se está convirtiendo cada vez más problemática a medida que se multiplica la producción y usos de nuevos compuestos químicos sintéticos. Actualmente existen en el mundo aproximadamente 100.000 sustancias químicas sobre el ambiente. De las cuales 15.000 están compuestas por átomos de cloro".
"Existen aproximadamente 1.600 plaguicidas. Sólo se monitorean 500 sustancias y anualmente salen al mercado 1000 sustancias químicas nuevas. Los principales plaguicidas de clasificación organoclorados son aldrin dieldrin, atrazina, clordano, DDT, endosulfan, endrin, hexacloro hexacloro epoxido, hexaclorobenceno, lindano, metoxicloro, 2,4 D, entre otros. En la actualidad la mayoría de estas sustancias en Argentina se encuentran prohibidas por ley nacional Nº 26011 a partir del año 2005, en base al Convenio Internacional de Estocolmo sobre compuestos orgánicos persistentes (COPs) del año 2001. Estos químicos al ser liberados al ambiente pueden contaminar las fuentes de aguas que muchas veces se utilizan para el consumo".
"Estos plaguicidas al ingresar a los seres vivos pueden actuar como factores condicionantes de riesgo en enfermedades como: cáncer de mamas, de tiroides, de testículo, de próstata, hepático, malformaciones, abortos, infertilidad, endometriosis, Polineuritis, pérdida cognitiva, trastornos de atención".
Los objetivos del trabajo fueron:
* Analizar las determinaciones promedios de plaguicidas organoclorados realizadas en el primer semestre de 2007 por Aguas Santafesinas Sociedad Anónima (ASSA) dependiente del Ministerio de Obras, Servicios Públicos y Vivienda de la Provincia de Santa Fe, en agua potable de la ciudad de Rosario, comparando con los limites obligatorios del marco regulatorio del anexo A dispuesto por ley provincial 11220 del año 1994 y los limites aconsejado por las guías de Agua Potable de la OMS del año 2006.
* Sensibilizar al sistema de salud público y universidades. Promoviendo el monitoreo continuo y sistemático de las determinaciones de estos plaguicidas conjuntamente con un mayor control de las posibles enfermedades asociadas a dichos plaguicidas.
Los datos permiten observar que la mayoría de las determinaciones realizadas por ASSA se encuentran sobre el límite dispuesto por dicha ley provincial y por encima de los limites de la OMS. Principalmente el plaguicida 2,4 D, el cual es muy utilizado en la actualidad, se encuentra más elevado que el resto de los plaguicidas monitoreados. Excepto el plaguicida 1,2 Diclorobenceno que se encuentran sobre la ley provincial y por debajo a lo estipulado por la OMS, y el plaguicida 1,4 Diclorobenceno se encuentra por encima a lo determinado por la ley provincial pero por debajo a lo aconsejado por la OMS.
Actualizar las mediciones de ASSA
La tabla que muestra ASSA tiene un defecto: La mayor parte de lo que miden ya no se usa y lo que debieran medir, lo que realmente se está usando en cantidades masivas, no lo miden. Llama la atención que la mayoría de los compuestos organoclorados que miden están prohibidos desde hace mucho tiempo, de modo que es improbable que haya nada de eso en el agua. El Endosulfan por ejemplo, es un organoclorado muy peligroso (prohibido totalmente en EEUU desde hace algunos meses) que se usa muchisimo en Argentina y no aparece en la tabla. Tampoco miden organofosforados y una cantidad de otros plaguicidas de uso corriente. Para resumir, desde el punto de vista práctico se podría concluir que la presencia de plaguicidas en el agua corriente de Rosario es una incógnita.
Además para sumar incógnitas, esas mediciones no tienen laboratorios de referencia, con las que poder confrontarlas. Hay mucha gente que mide plaguicidas en Rosario pero lo hacen en las commodities para asegurarse que no se las devuelvan desde Europa o la China. La capacidad para hacerlo existe, pero falta la decisión de alguien que lo pida y además una metodología seria para evitar que dibujen los números. Hay muchos intereses creados, y hay quienes no quieren que se hagan olas. Todo lo que se puede decir a ciencia cierta es que no se miden niveles en agua de la la gran mayoría de agroquímicos que se vierten al Paraná. La potabilización no elimina los agroquímicos.
La ley 11220 debiera actualizarse bajando los niveles permitidos a los de la Comunidad Europea. También habría que proveer a los organismos de control la capacidad técnica de detectar esos niveles.
El objetivo no debe ser sembrar el pánico sino interesar a los legisladores para que modifiquen la ley y se aseguren de que los niveles de tolerancia se establezcan en función de lo que se usa.
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