La designación de los dos científicos argentinos para el control del Uruguay despertó dudas sobre su idoneidad entre los ambientalistas de Gualeguaychú. Uno de ellos -Juan Carlos Colombo- es cuestionado también en ámbitos científicos.
Colombo fue el principal experto ambiental presentado por la delegación argentina ante el tribunal de La Haya y su informe fue desmantelado por los técnicos de la Dinama de Uruguay, quienes demostraron sus inconsistencias y errores, y también cuestionado por otros académicos. El propio tribunal concluyó que no se presentaron pruebas de contaminación en el río Uruguay provenientes de la planta de celulosa de Fray Bentos.
La elección anunciada el viernes por el canciller Héctor Timerman cayó muy mal en la Asamblea de Gualeguaychú, no solamente porque no se tuvieron en cuenta los nombres de científicos propuestos por los ambientalistas -Marcelo Conti y Elías Matta, ni siquiera a uno de ellos-, sino porque se objeta a los designados.
En el caso de Guillermo Lyons se señala que su formación es en ingeniería civil, constructiva y sanitaria y no en temas ambientales o relacionados a las plantas de celulosa. También se objeta su desempeño como responsable del Plan de Vigilancia Ambiental del Río Uruguay.
Osvaldo Fernández abogado de la Asamblea, señaló en los medios que "de Colombo había alguna referencia y se conoce su trabajo", pero dijo que le sorprendía la designación de Lyons por su desconocimiento sobre plantas de celulosa.
El asambleísta y médico Martín Alazard fue más lejos. Reprochó que Colombo nunca explicó en Gualeguaychú la naturaleza de las pruebas ambientales presentadas en La Haya que fueron desestimadas por el Tribunal Internacional.
"Lamentablemente", señaló Alazard, "este mismo equipo ya fue juzgado, no por la Asamblea, por la propia Corte Internacional, la cual destacó que la prueba fue insuficiente, discontinua y mal presentada".
Y agrega: "Ambos profesionales han dado muestras de su dependencia y obediencia política partidaria, dicen y hacen lo que les mandan y no lo que determina la ciencia".
En su edición de ayer el diario argentino La Nación señaló que el nombramiento de Colombo y Lyons "dividió las aguas entre los referentes de la Asamblea Ambiental de Gualeguaychú".
Informó que "no hubo reparos ante la designación de Colombo" pero que "un grupo de ambientalistas objetó la elección de Lyons, (…), a quien le endilgaron falta de `compromiso` con la causa ambiental y de `competencia profesional` en materia de plantas de celulosa".
"No genera ninguna confianza; nunca pareció interesarle realmente la contaminación de Botnia", apuntó Leissa.
El asambleísta señaló además que Lyons es el responsable del Plan de Vigilancia Ambiental del Río Uruguay que desde sus inicios "funcionó a medias y actualmente es una incógnita (nadie sabe si continúa o no)".
También le criticó no haber renovado los contratos con científicos de la Universidad de Buenos Aires que obtuvieron pruebas de contaminación y que vencieron en mayo pasado, que no se haya cumplido con la instalación de una cámara que filmara la planta durante 24 horas todos los días y que el equipamiento de laboratorio que se adquirió para este Plan está guardado sin uso en una oficina de Gualeguaychú.
"Lyons tiene que ver con todas estas promesas sin cumplir y no se mostró nunca comprometido con el Plan de Vigilancia, pese a ser el titular. Es más, siempre fue justificatorio de lo que no se hacía", dijo Leissa.
En La Haya Por su parte, el profesor titular de Química Inorgánica de la Facultad Ciencias Exactas de la Universidad de La Plata e investigador principal de la Comisión de Investigaciones Cientí- ficas de la Provincia de Buenos Aires, Mario Féliz, publicó en ocasión de la presentación del informe de Colombo en La Haya un artículo fuertemente crítico de esa investigación y cuestionó su divulgación parcial en la prensa sin una comunicación oficial de todo el informe que permitiera un "análisis completo" de esa investigación.
Féliz dijo en su artículo ¡Adiós nonilfenol! que estos compuestos presuntamente detectados por Colombo en las aguas del río Uruguay no solo no se emplean en la planta de Botnia (hoy UPM) sino que provienen principalmente de detergentes de uso industrial y doméstico habitual y en diversos otros productos como resinas, caucho sintético, insectidas, bactericidas, plaguicidas y herbicidas. Señala asimismo que se trata de un producto aceptado en Europa y Estados Unidos y está prohibido. Agrega que en Argentina los nonilfenoles "se utilizan grandes cantidades en las actividades agrícolas y en los detergentes domésticos" y son éstas las principales causas de la detección de NP en ríos y espejos de agua.
También puso en duda la procedencia de una muestra de celulosa analizada por Colombo en el marco del informe.
Por su parte, el químico uruguayo Óscar Ventura también fustigó los informes de Colombo, que atribuyó a la planta el florecimiento algal detectado en el río Uruguay por efecto de verter a sus aguas fósforo y nitrógeno en base a datos manipulados, Señaló también que, tomando datos de OSE, confundió oxidabilidad con oxígeno disuelto en el agua. "Argentina recurrió a afirmaciones contradictorias con la realidad, a sesgar y manipular datos, a la adulteración de documentos e, inclusive, a infringir el reglamento de la propia Corte", señaló Ventura.
La pautas, mañana
El científico uruguayo Eugenio Lorenzo, uno de los representantes designados por Uruguay en el comité científico de la Caru para el control ambiental del río Uruguay, dijo a El País, que solo ha mantenido contactos informales con el otro designado -el químico Alberto Nieto- y que recién mañana, cuando se firme el acuerdo entre las cancillerías de ambos países, se tendrán las primeras pautas para la actuación del grupo de expertos.
Señaló asimismo que otro paso que aún falta es la primera sesión del nuevo organismo binacional -la delegación uruguaya se anunció el pasado viernes- y el nombramiento formal de los cuatro integrantes del comité.
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